jueves, 27 de marzo de 2014

La estructura de las revoluciones, no solo científicas

No soy el único que creyó ver algún significado en la coincidencia temporal de la muerte de Adolfo Suárez y las marchas de la dignidad. No como hechos, claro, sino como símbolos más bien. Un personaje que simboliza "la transición" y unas manifestación que encarnan el descontento político. Con esos símbolos se puede hilvanar una analogía siociopolítica de las revoluciones científicas de Kuhn.

En 1962 Thomas Kuhn publicó "La estructura de las revoluciones científicas", un libro en el que proporcionaba una visión sociológica de la evolución científica. Según Kuhn en el avance científico hay largos períodos de estabilidad en los que la comunidad científica comparte una modelo consensuado al que denominó paradigma. En esos períodos los científicos exploran el paradigma vigente, buscan su aplicación a situaciones aún no estudiadas cada vez más complejas o extremas. En ese proceso se van encontrando desajustes, resultados que no encajan con el paradigma. Esos resultados se van acumulando y, cuando son muchos, generan una sensación de inestabilidad que concluye con una revolución, realizada por algunos científicos especiales y que da lugar a un nuevo paradigma mejorado, que es capaz de explicar los resultados del anterior más los que no encajaban. Tras la revolución comienza un nuevo período de estabilidad basado en el nuevo paradigma. En la física de principios del soglo XX se pueden encontrar multitud de ejemplos que encajan bien en esa explicación.

Arriesgando un poco con los símiles podríamos establecer una analogía con la situación sociopolítica. Así, la transición sería un período de esos de cambio de paradigma, con el franquismo como paradigma anterior y la democracia parlamentaria actual como posterior. En esos momentos de cambio todo era posible, y eso atraía a la política a personas valiosas, movidas por un auténtico interés de cambiar la sociedad en la dirección que creían adecuada. En la medida que el paradigma nuevo cuajaba e iba resultando exitoso, también se hacía inamovible. Su gestión a lo largo del tiempo, imposibles cambios significativos, se volvía anodina, y cada vez menos personas valiosas se dedicaban a ella. Y así, con el paso de las décadas, el nuevo paradigma va acumulado fallos, desarmonizaciones territoriales, un sistema productivo que dejan fuera a una cuarta parte de los que querrían trabajar, repartos desiguales de recortes y privilegios, etc. El símbolo de la forja del paradigma vigente ha muerto mientras algunas muestras de los presentes desajustes de aquella obra se hacían manifiestamente patentes. Caminaríamos pues hacia un nuevo cambio de paradigma. Claro que este tipo de elucubraciones muchas veces no son más que "wishful thinking", es decir una narrativa que expresa un deseo y no una hipótesis que realmente explique nada.

La figura es un "cutrecollage" con cuatro imágenes tomadas de internet (Kuhn, Suarez, una manifestación y un "cambio de paradigma"), eso si, en blanco y negro mostrando un respetuoso luto por el expresidente, que sin duda fue un gran tipo.

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