martes, 8 de septiembre de 2009

Realimentación social

El ejemplo más típico de realimentación (feedback en inglés) es el termostato: un sensor mide la temperatura y en función de que sea superior o no a la deseada desconecta o conecta la calefacción. Así la temperatura se mantiene constante de forma automática.

En una habitación termostatizada encender una hoguera no aumenta la temperatura (no necesariamente, vamos). Lo que ocurrirá es que la calefacción gobernada por el termostato aportará menos calor, sólo el necesario para completar el de la hoguera y mantener la temperatura constante.

En ingeniería es un tema bien muy bien conocido, matematizado y aplicado en multitud de situaciones. En cambio en muchas otras situaciones, sobre todo sociales, creo que se le saca al concepto mucho menos jugo del que se podría.

Esta idea me ha surgido al ir a comprar los libros de texto de mis hijos: a pesar de que este año entraba en vigor la gratuidad de los mismos, me he gastado el mismo dinero. (casi) Hay un par de libros que no cubre el plan de gratuidad; como eran muchos menos que en otros años, los profesores no han reparado en el coste y han acabado prescribiendo unos tan caros como todos los del año anterior. Eso si, al Gobierno (la hoguera) le cuesta un pico.

Aunque es obvio que en un mismo accidente de tráfico llevar el cinturón de seguridad disminuye mucho las consecuencias, cuando se implantó su obligatoriedad no disminuyó el número de muertos. Tras muchos estudios se concluyó que, estadísticamente, la gente se sentía más segura al ir sujeta, con lo que corría más y aumentaba el número de accidentes, compensando la mejor supervivencia por llevar el cinturón (ejemplo leído en "Ciencia y Política del Riesgo").

En Madrid, cada vez que se abre una nueva infraestructura (la M40, la M50, etc.) durante unos meses disminuyen los atascos, lo que hace que a más gente "le compense" coger el coche, aumentando el tráfico hasta el nivel anterior. El atasco está permanente fijado en el máximo nivel soportable por el ciudadano medio.

Se pueden encontrar cientos de situaciones sociales que se explican fácilmente mediante la realimentación. La que nos encontramos en el panorama político de hoy es la idea de que el aumento de presión fiscal disuade la actividad económica (avisado por Ambros). Este lazo de realimentación permite asegurar la existencia de un óptimo de presión fiscal para obtener la máxima recaudación (fenómeno conociso como curva de Laffer). Otra cosa es saber dónde se sitúa ese óptimo, cosa que, hasta donde yo se, no se puede calcular...

4 comentarios:

RKincaid dijo...

Hombre... calcular ese óptimo no es posible. En Economía las cosas no se calculan, pero se estiman. El problema es que para estimar correctamente hay que hacer una serie de suposiciones, postulados, aproximaciones...

En mi opinión uno de los principales problemas en este campo es que exceptuando las igualdades contables y las tautologías no se conoce la forma funcional (si es que ésta existe) de las ecuaciones que gobiernan los fenómenos económicos. Podemos hacer aproximaciones. Por ejemplo, para estimar una función de producción se puede utilizar una función loglineal, que puede demostrarse que es una aproximación (desarrollo de Taylor) a la verdadera tecnología subyacente en torno a un punto concreto. Claro... esto sirve para predicciones "cercanas" a la realidad observada, pero no para estimaciones para donde no tenemos observaciones en el rango.

La curva de Laffer es una de esas cosas. Puede argumentarse la existencia de una curva con forma de "parábola invertida" de forma muy sencilla, pero desde un punto de vista teórico es complicado dibujarla con precisión...

Por cierto.... en economía no se llama realimentación sino que los llamamos estabilizadores automáticos y por supuesto que se estudian ;)

Un abrazo

Joaquín Sevilla dijo...

Si, se que se estudia en distintos campos con distintos nombres. En medicina se llama homeostasis. Pero es una de esa cosas a las que se le saca poco jugo, en mi opinión totalmente subjetiva, claro.

RKincaid dijo...

Tal vez la diferencia entre un estabilizador automático y un mecanismo de feedback es que el feedback puede ser positivo o negativo (fenómenos que se realimentan potenciándose tendrían un feedback positivo) mientras que un estabilizador automático siempre implica un feedback negativo (de ahí lo de "estabilizador").

Un saludo

Ambros dijo...

¿Y nadie se anima a explicar un poco de ciencia con los impuestos?

Aunque la precisión absoluta sea imposible, habría que intentar limitar la demagogia política cuando hablamos de temas serios... ;-)