Entra el sol atravesando los agujeritos de la persiana y llena de manchitas la pared. Filas de manchitas iguales unas a otras de arriba a abajo. Columnas de manchitas que no son iguales de izquierda a derecha. Las de la izquierda son pequeñas, nítidas y aisladas mientras que las de la derecha son grandes, borrosas y superpuestas.
Para los lectores antiguos del blog esta diferencia no es ningún misterio, ya hemos comentado el fenómeno varias veces (1, 2, 3). A la izquierda, la distancia entre el orificio y la pantalla es pequeña, frente a esas distancias el tamaño aparente del sol es despreciable, es como si fuera puntual, y vemos las sombras de los agujeros (con la forma ovalada característica). En cambio a la derecha la distancia entre el agujero de la persiana y la pared es muy grande, en este rango de distancias ocurre lo contrario: el tamaño aparente del sol es lo significativo y el agujero de la persiana es el que resulta prácticamente puntual, y eso da lugar a que en la pared aparezcan imágenes del sol (discos circulares). Este caso se explica con más detalle AQUI, y se muestra una foto en un día de eclipse parcial AQUI.
Lo interesante en este caso es que nos permite apreciar con mucho detalle cómo van cambiando las formas de las manchitas entre un extremo y otro. Lo que vamos viendo es una transformación progresiva entre los dos casos extremos que podemos entender razonablemente bien: agujeros de persiana a la izquierda, soles a la derecha.
Estas situaciones ocurren en muchas situaciones físicas, y la aproximación típica de los científicos para entenderlas es la que acabamos de explicar: se buscan los casos límite en los que la situación resulta sencilla y en medio... pues habrá mezclas de las dos. Los casos extremos se pueden entender y resolver analíticamente (en ocasiones), mientras que los de en medio hay que calcularlos, simularlos por ordenador. Esta idea es la que está en la base de la tesis que (si no se tuerce nada) se leerá el próximo día 30: la radiación que atraviesa planos ordenados de esferas (el inverso de los planos de agujeros que son las persianas) y cómo le afecta la separación entre las esferas, su ordenación, etc. En todos los casos se han variado progresivamente las posiciones para ver si se llegaba a casos límite fáciles de entender. Y más o menos se ha conseguido.
Por cierto, en la foto, un poco más abajo había un jóven convaleciente de apendicitis que salió al día siguiente sin mayor problema.
Que sepas, Joaquín, que aunque no comente en estos posts de "física en la vida cotidiana", me gustan mucho :-)
ResponderEliminarGracias :-)
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