Páginas

sábado, 3 de julio de 2010

Conspiranoicos y pareidolias

Elvis vive. El hombre nunca llegó a la luna, todo fue un montaje. Las torres gemelas las derribó el gobierno de EEUU. Los atentados del 11M los organizó un partido de la oposición...

Recientemente se ha empezado a utilizar el término "conspiranoico" para referirse a las personas tendentes a creer en teorías conspirativas absurdas. Es un término muy gráfico: paranoico de las conspiraciones.

¿Porqué son tan comunes las visiones conspiranoicas? Pues probablemente se deban a la combinación de propiedades emergentes y pareidolia. A ver si puedo explicar brevemente esa frase tan pedante.

Hace unos días hablábamos ya de "propiedades emergentes": características que aparecen en sistemas complejos (formados por muchas partes simples que interactúan entre si) que no son previsibles viendo un componente aislado, surgen de la interacción. Un ejemplo podría ser la ley de la oferta y la demanda. Un montón de individuos con un comportamiento obvio (quiero vender lo más caro posible y comprar lo más barato posible) puestos juntos generan un comportamiento colectivo: si hay más vendedores el precio baja y si hay más compradores el precio sube. La variación de precios es un fenómeno emergente de la interacción entre los comerciantes individuales (en unas condiciones adecuadas).

Por otro lado "pareidolia" es el nombre técnico, y en griego, de un fenómeno psicológico consistente en que un estímulo vago y aleatorio (habitualmente una imagen) es percibido erróneamente como una forma reconocible. En dos puntos y una línea horizontal vemos una cara, en un grupo de estrellas un carro o en una nube una tortuga; todos hemos vivido esa sensación muchas veces. La capacidad de dotar de significado de una forma rápida la percepción fue una característica muy útil a lo largo de la evolución. Si tres rayas negras sobre fondo naranja y un gruñido lo interpreta un individuo como "tigre" y huye, ha salvado la vida, aunque de vez en cuando esos estímulos no correspondieran realmente a un tigre.

Cuando uno observa un conjunto de comerciantes, sus interacciones y las propiedades emergentes del conjunto (la evolución de precios) la pareidolia nos lleva a percibir el sistema forma unitaria y consciente, ha nacido "el mercado" como algo diferente, y en cierto modo superior, a la agregación de comerciantes. Y ese mercado puede ser "despiadado", "justo", "inflexible" y otras muchas características que le atribuimos como si fuera una persona. Tan es así que muchas veces se da un paso más allá y se considera imposible que un comportamiento "tan humano" no lo sea realmente. Ahí nace la conspiración: ha de haber un gobierno humano de ese sistema, unos tipos escondidos mueven los hilos para que imperceptiblemente el sistema complejo se mueva con ese comportamiento tan humano.

El ejemplo del mercado puede trasponerse a multitud de situaciones. La "evolución" es un complejo sistema de seres cuyas características van variando, y que permanecen más en función de que aumenten su capacidad de reproducirse con éxito. Hay que esforzase mucho para evitar la pareidolia y no decir "la evolución buscaba", "esa mutación lo que intenta es" y demás expresiones que le dan al proceso una voluntad y destino que evidentemente no tienen. Junto con "el mercado" y "la evolución" podemos poner muchísimos constructos que no son sino una percepción pareidólica de sistemas complejos: el capitalismo, el medio ambiente, la naturaleza o el propio "sistema" (lo que quiera que sea que eso significa con precisión), que ha generado su propio movimiento "antisistema".

Llegados a este punto me quedan dos cuestiones abiertas: (i) a la hora de plantear formas de actuar sobre sistemas complejos puede que actuar "como si" fueran lo que no son quizá no sea una mala estrategia, y (ii) a pesar de todo si existen algunas conspiraciones y jefaturas ocultas, que resultan muy difíciles de analizar en un entorno conspirativamente polucionado. Todo esto para otro día.

ACTUALIZACIÓN (4 jul 0:15). Casualidades de la vida, he encontrado un vídeo de TED donde la misma idea que expongo aquí esbozada está muy desarrollada y apoyada con datos experimentales. Salvo el ejemplo del mercado todo está en el vídeo.

ACTUALIZACIÓN (23 jul 0:02). A ppropósito de las conspiraciones que si lo fueron, aquí una interesante recopilación de 33.

3 comentarios:

  1. Coño, Joaquín, hoy estoy de acuerdo contigo al 99,99 por ciento. Tal vez hubiera colocado alguna coma en otro sitio... :D

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Jo, pues no sabes como me alegro. Usar el ejemplo del mercado me daba cierto susto. Al menos el paréntesis "(en las condiciones adecuadas)" está escrito específicamente para ti.

    Abrazos

    ResponderEliminar
  3. Efectivamente es así. El mercado no es sino una "forma abreviada" de referirse a un conjunto de intercambios con características similares. La propia definición concreta de cada mercado no es un tema baladí, y de hecho, en los procesos judiciales antimonopolio la fundamental estrategia defensiva por parte de los monopolistas suele ser defender un concepto de mercado más amplio donde en teoría "compiten" con otras empresas.

    A ver si nos tomamos este verano alguna cervecilla... y te recuerdo que te lleves un termopar a Valencia para hacer aquellas pruebas que nos quedaron pendientes el verano pasado sobre las latas de cerveza.

    ResponderEliminar