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martes, 14 de abril de 2020

No puede ser casualidad

Dice Pedro Alonso que “tener en España la tasa de mortalidad más alta del mundo de coronavirus no es casualidad” ¿qué quiere decir esto exactamente? A él no se le pueden pedir aclaraciones porque eso lo ha dicho tras indicar que, como representante de un organismo internacional no puede entrar en más detalle.




Lo primero que deja claro es que mantiene una postura epistemológica, ampliamente compartida, que requiere que todo efecto sea derivado de una causa. Lo que ya no está tan claro es cual es la causa, y para poner alguna hay que partir de un esquema mental previo. Podríamos ser profundamente religiosos y suponer que esa tasa de mortalidad es un castigo de dios (del de nuestra elección) al que hemos ofendido especialmente por alguna razón. Podríamos ser demógrafos y colegir que, dado que el virus se ceba con las personas mayores y tenemos un país con una de las mayores esperanzas de vida del mundo (si no la que más) ahí está la razón. Podríamos ser jacobinos y pensar que la ineficiencia de un estado tan descentralizado en el que cada comunidad autónoma toma sus decisiones es la razón. Podríamos ser socialdemócratas y pensar que la falta de inversión en el sistema sanitario a lo largo de los últimos 25 años es la razón última, que el gasto sanitario por habitante sea la mitad que en Alemania (con mucha menor mortalidad) es un dato que apoyaría esa visión. Podríamos ser estadísticos y dudar del propio dato, tenemos la mortalidad más alta por la forma en que se computan aquí infectados y fallecidos, que no es comparable a la de otros. Podríamos ser anticapitalistas y considerar que la deslocalización de la producción (que nos ha impedido tener suministros médicos adecuados) y la precariedad de un sistema injusto son la causa de esa mortalidad récord. También podríamos ser cortoplacistas y pensar que la causa está en las decisiones tomadas por los políticos en el último mes. También ahí podemos elegir el color que nos interese, podemos buscar ineficiencias en las comunidades autónomas gobernadas por unas, en las de otros, en el estado central, o hasta en los ayuntamientos que no vigilan las residencias de ancianos de sus municipios.

Así mirado, esa frase que se ha convertido en titular es tan vacía como los enunciados habituales en los horóscopos. Como cada uno ve ahí reafirmado lo que ya creyera, le parece una frase soberbia. Pero ¿qué quería decir realmente? Viniendo de alguien tan experimentado en epidemias, tan versado en políticas sanitarias, de verdad que me gustaría conocer una opinión profunda, que arrojara algo de luz. Personalmente, salvo el designio divino y la acción cortoplacista, todas las demás me parecen plausibles.

8 comentarios:

  1. Querido Joaquín:

    A mi también me deja un poco descolocado. Y más viniendo de una persona cuya opinión nos interesa tanto por ser experto en muchas materias conexas con lo que nos está pasando y por tener, seguramente, muy buena información directa.

    Pero dejar la frase ahí suelta es como dejarnos a medias. Me temo que así dicha la frase nos ayuda poco. Puede servir lo mismo, como bien apuntas, para un roto que para un descosido.

    Tengo la sensación de que en este momento tan delicado para todos, o tienes algo constructivo que aportar, algo que ayude, o es mejor guardar silencio (me aplico el cuento y callo).

    En fin, gracias por tus aportes, fuerte abrazo y mucho ánimo,

    Mikel

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  2. Mikel, muchas gracias por tu comentario. Ya hemos perdido la costumbre de recibir comentarios en los blogs. Ojalá se vayan resolviendo pronto algunas de las incetidumbres con que vivimos.

    Un abrazo y ánimos también para ti.

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  3. Pues yo tengo poco que añadir porque me parece que lo que has escrito es tan claro como contundente. Pero he leído tu respuesta a Mikel y no he sabido responderme a la pregunta "¿cuánto tiempo hace que no comentas en un blog?" he decidido que no me volverá a pasar :)

    Por ahora sabré que fue el 14 de abril (bonita fecha para salud y república, sobre todo para salud) del año de la pandemia.

    Muchas gracias por tu afilado y agudo análisis, Joaquín.

    Clara

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  4. :-)

    ¡Qué ilusión Clara! Aparte de que tu recomendación en tuiter está haciendo que esto, que normalmente lean decenas de personas pasen a ser centenares.

    Muy bonito día el 14 de abril, ciertamente. En Pamplona soleado pero fresquito, fantástico para pasarlo en casa.

    Un abrazo

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  5. De acuerdo con los siete "Podríamos", amigo Joaquín, a mí me vale cualquiera, y hasta otro "podríamos" mezcla de la parte alícuota de esos siete. Lo del turismo puede tener mucho que ver en la velocidad de expansión, en la mortalidad la edad y la sanidad y así ad infinitum. Necesitamos tiempo para analizarlo todo. Y fármacos. Y paciencia.

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  6. Cierto, más tiempo, fármacos y paciencia y menos declaraciones que asusten ;-)

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  7. Estoy en la posición de pensar que, sin más aclaración, es una frase vacía. Además, si no se manifiesta más adelante, y sospecho que no lo va a hacer porque no está en el programa adecuado, es otra opinión más. Los epidemiólogos son tan de decir cosas 'así' como la demás gente, unos cuantos me he cruzado ya, para bien y para mal. No descubro nada.

    Hablando de opiniones/manifestaciones, cada uno tendrá la suya pero por el momento posiblemente nadie y, más adelante seguramente no muchos, tendrán la información suficiente para saber no ya la causa, que no será una, sino aquellos factores que causaron esta mortandad, que todo indica que es excesiva. Tarde o temprano espero se haga público.

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  8. Claro que no es casualidad. Los que ejercemos la medicina lo sabemos. Que el sistema sanitario español no era el mejor del mundo lo sabemos los médicos sobretodo si hemos trabando en otros países.
    Que la ideología política y no la evolución de la
    Pandemia ha marcado la forma de actuar de los gestores sanitarios es una evidencia.
    Que en España el postureo político y la propaganda cuenta más que la eficacia / eficiencia es otra evidencia y no un tópico
    Qué más casualidad quereis

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