Desde el gobierno de la universidad se lleva décadas reclamando que esas parcelas se expropien y se incorporen al campus. Lo mismo que se viene reclamando un espacio en el centro de la ciudad que permita acercar la actividad cultural universitaria a la ciudadanía. No son reclamaciones abstractas “a quien pueda interesar”, se trata de solicitudes al Gobierno de Navarra y al Ayuntamiento de Pamplona. En los 30 años que estas demandas se vienen reiterando por las dos instituciones han pasado gobiernos de muy diverso color político, pero la respuesta siempre ha sido la misma, a los hechos nos remitimos.
Es triste que Navarra y Pamplona sigan sin tenerle cariño a su universidad. Porque no hay otra forma de entender esta inacción urbanística que dura décadas. Encima, cuando empieza a moverse, en los últimos años es en una dirección que acentúa esa sensación de desprecio. El espacio en la ciudad pudo ser el edificio de Salesas (después de haber pasado por muy distintos planes que nunca fueron). Pero cuando empezó a tomar forma la idea, se adjudicó realmente a la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona. Pero algo había que hacer con estos pesados de la UPNA. La negociación fue avanzando y cada vez nos tocaba menos. Al final, podemos usar la capilla unos días al año (y no el centro y no cualquier día) y hay una oficina de 30m2, pero sin salida a la calle y sin posibilidad de anunciar nada en el exterior. Ojalá me equivoque, pero ese acuerdo no va a dar satisfacción a la demanda de servicio ciudadano de la universidad.
Algo equivalente se ha propuesto para el solar de la esquina este, cederlo no a la UPNA sino a un centro de investigación. La contrapartida es que en el patronato del centro la universidad tenga cierto peso. Lo mismo con la parte del edifico del Sario donde antiguamente estuvieron los “ITGs” y Tracasa, se desalojaron para la UPNA pero luego se pararon las obras y solo se han retomado cuando el uso ya no será de la universidad sino de otro tipo de centros (con cierta participación universitaria).
Parece que sólo cuando una porción de la universidad se convierte en reclamación política por la razón que sea se actúa de forma clara en lo urbanístico, pero ni siquiera de forma generosa. Un magnífico campus en Tudela, en las afueras, dónde no afecta a la vida cultural de la ciudad, y un edificio para medicina en la zona de hospitales.
Lo de la mala ubicación del campus de Tudela no es una sensación, esta semana acabamos un curso de extensión universitaria en la UNED de Tudela (en el centro de la ciudad) que ha tenido más de 60 estudiantes. La versión equivalente en el campus de la UPNA el curso pasado no llegó a los 15.
Una vez me dijo un responsable del Gobierno de Navarra, hace muchos años, “la universidad es un pájaro mu gordo pa echarle alpiste”. La economía siempre es una parte de cualquier problema, pero sin duda el pecado original de esta institución es otro.
A mi parecer ya fue un terrible error construir la UPNA en el plan sur como se llamaba antes a esa zona. Supuso el alejamiento de la universidad del centro y perder la oportunidad de rehabilitar numerosos edificios del casco viejo. Y seguimos en el error de mantener la vida universitaria lejos del cogollo, parece evidente que Pamplona y Navarra no miman su Universidad.
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