Hay un doble problema fundamental en el mecanismo de ingreso a la carrera académica: no está diseñado para seleccionar las personas que necesita la universidad en su funcionamiento y no proporciona una auténtica carreta profesional a los seleccionados. Pero como la realidad es tozuda, la universidad como organización retuerce las cosas para que el día a día siga funcionando, y los individuos se buscan la vida para tener una carrera profesional (i.e. para ir “ascendiendo” con el tiempo). Esos retorcimientos de la norma, a veces en el filo de lo legal, otras abiertamente en el fraude de ley, son los que generan periódicamente escándalos en la prensa (y de vez en cuando en los juzgados).
El personal universitario académico (del PAS, si acaso, hablamos otro día) ha de realizar multitud de tareas. Algunas computan en el plan de ordenación docente o POD (las clases en títulos oficiales), otras contribuyen al currículo investigador de la persona (acaban en artículos SCI) y otras muchas ni una cosa ni otra. Porque hay que tutorizar alumnos en erasmus, organizar prácticas en empresas, asesorar a la industria local o divulgar la propia disciplina en periódicos y radios, entre otras muchísimas cosas. Nadie entendería que los profesores de una universidad no contribuyeran a la imagen de la misma en la captación de estudiantes, que declinaran asistir a las televisiones a tertulias sobre su tema de especialidad o de atender consultas del tejido socioeconómico del entorno de cada universidad. Pero a la hora de acceder a una plaza de profesor con total rectitud en el seguimiento de lo establecido, todo eso no se valora.
En teoría, cuando hay una necesidad de personal en un departamento universitario, hay que convocar una plaza abierta a todo el mundo, en la que se valorará principalmente la investigación de los candidatos, de forma muy menor la docencia y, marginalmente, otros aspectos del currículo de los candidatos. La determinación de la necesidad de personal, también en teoría, procederá de la necesidad de dar unas clases o de reforzar una línea de investigación (las dos misiones principales de la universidad).
La realidad suele ser muy diferente. Siempre hay necesidades docentes cubiertas de forma muy precaria (“meritorios”, falsos asociados, asociados reales, ayudantes, ayudantes doctores o figuras más exóticas que aparecen de vez en cuando) que serían susceptibles de ser cubiertas por una persona en una figura más estable. También ocurre que todas las líneas de investigación productivas tienen investigadores en formación (o a veces ya claramente formados) cuya incorporación a la plantilla resultaría beneficiosa para los miembros del equipo. Es decir, muchas tareas relevantes de la actividad universitaria se desarrollan gracias a personal en situación laboral bastante precaria. Y no “salen” plazas porque no hay dinero para ello, no alcanza el presupuesto.
De vez en cuando, a un departamento “se le concede” una plaza. Esto quiere decir que el equipo rectoral ha conseguido dinero y autorización legal para que se convoque una plaza y, entre las muchas peticiones que tiene, se la asigna (con más o menos justicia y con muchos damnificados en el camino) a un departamento. Cómo se las apaña el rectorado para “generar” plazas y cómo las asigna, daría para una saga muy larga, y hay mucha casuística y variación entre universidades y rectores. Dejémoslo y volvamos al proceso visto desde el departamento universitario.
¿Qué es lo que se debería hacer cuando sale esa plaza? Cada persona tendrá su opinión al respecto, pero lo que ocurre la mayor parte de las veces es que las personas con capacidad de decisión (miembros del departamento) evalúan cual de los precarios que lleva tiempo contribuyendo a las tareas de todos merece más la plaza. La decisión la toman considerando cosas como el tiempo dedicado, la calidad de su trabajo, su situación personal y cualquier razón de esas que los seres humanos de verdad tienden a ponderar en sus relaciones. Elegido el candidato, se rellena el perfil de la plaza con la docencia y la investigación de ese candidato que viene desarrollando ya la tarea de manera satisfactoria. Con una enorme probabilidad, ese candidato sacará la plaza tras seguir todo el proceso administrativo que marca la legislación.
¿Y si se presentara un premio Nobel no lo elegirían? Pues tendrían un papelón, porque en ese departamento (no olvidemos la financiación de nuestras universidades) no habría despacho para alguien nuevo, ni sitio para un laboratorio a la altura del premiado, ni mucho menos equipamiento adecuado… Las cosas no ocurren así. Ojalá las universidades españolas pudieran decidir inagurar una nueva línea de investigación liderada por el mejor investigador posible en un campo. Esto no ocurre. Lo que sí pasa a veces es que se presenta alguien con algunos artículos más que el “candidato de la casa” y se cree que está a punto de obtener ese premio. Es imposible juzgar con equidad quien es mejor candidato para la tarea que se ha de desarrollar, alguien que la ha desarrollado con garantías o alguien que, liberado de tareas distractoras (dando menos clases, corrigiendo menos exámenes, tutorizando menos TFGs, etc. Etc.) ha conseguido más artículos en revistas indexadas. Ambas merecen la plaza, su oportunidad y un futuro profesional acorde con sus méritos. Toda simplificación de esa cruel batalla es injusta.
Hubo un tiempo en que el proceso de reconocimiento de los “servicios prestados” a los precarios “de la casa” pasaba en ocasiones (en demasiadas ocasiones) por encima de una mínima calidad académica del candidato. Para evitar esto se instauró el proceso de acreditación. Hoy día cualquier precario universitario que quiera aspirar a una plaza ha de someter su currículo al escrutinio de una agencia de calidad que, de una forma bastante algorítmica, muy profesional y con gran seguridad jurídica, dictamina si el CV del candidato es suficiente como para acceder a la plaza en cuestión. Así pues, todas las personas que obtienen plazas universitarias en los últimos años han demostrado varias veces la suficiencia de sus méritos para ello: acreditándose y trabajando en la universidad por debajo de su cualificación durante mucho tiempo.
La situación descrita, lamentable, triste o como se quiera calificar, es el óptimo al que se ha llegado por evolución cultural (y administrativa) para conseguir una universidad notable con un presupuesto insuficiente. Universidades sobresalientes (lo de los rankings internacionales y todo eso) y situaciones laborales menos precarias requieren presupuestos más allá de lo imaginable en la situación sociopolítica actual. La triste situación de algunos cerebros fugados con muchos papers o las ocurrencias de "solución" ad hoc, me temo que están muy lejos del problema real.
Qué barbaridad de artículo...
ResponderEliminar- Caballero, la Universidad no es suya. La plaza se paga con dinero público. Que usted y su cuadrilla crean que pueden decidir a quién se le da una plaza de funcionario pagada con dinero de todos es indignante.
- "Todas las personas que obtienen plazas universitarias en los últimos años han demostrado varias veces la suficiencia de sus méritos para ello". Dar por hecho que la calidad académica del candidato "de la casa" es obligatoriamente equiparable a la de uno de fuera por el sencillo hecho de que ambos se han acreditado es, sin paliativos, una necedad. No se trata de coger a cualquiera que pase un corte mínimo. Se trata de "coger al mejor". Excelencia y tal.
- La misma gente (o miembros de la misma universidad) que ha trabajado con un candidato no es imparcial a la hora de juzgarlo. Esto es de primero de "sesgos cognitivos". Pensar que sí pueden serlo es de mal científico (es ignorar los sesgos personales).
- El mismo concepto de "el de la casa" debería de hacerle sonrojarse. Si no hay dinero para que el "de la casa" se quede, una vez que se contrata a los mejores, quizás "el de la casa" debería dejar de ser "de la casa".
Soy investigador español en el extranjero y jamás volveré a vivir en mi país por gente como usted, que cree que "el de la casa" merece ser contratado por encima de "el de fuera". Ni siquiera se plantea usted la posibilidad de que "el de fuera" tenga más horas de docencia, conozca mejor la materia, haya publicado más (y mejores) artículos, haga más (y mejor) divulgación y todas las chorradas que se le puedan ocurrir para defender "al de la casa".
Opiniones como la suya dan vergüenza. Usted es lo que va mal en la Universidad española.
Sólo ha explicado lo que pasa. Lo miserable del sistema. No me ha dado la sensación de estar apoyándolo. Mi experiencia personal corrobora totalmente lo que explica. Me parece muy duro tu comentario, teniendo en cuenta que explicar cómo funciona la academia desde según qué posiciones no debe resultar sencillo. Para reconocer un problema hay que conocerlo.
EliminarSi no está justificando el coger "al de la casa", entonces es que me falta comprensión lectora (cosa que no descarto):
Eliminar"alguien que la ha desarrollado con garantías"
Esas "garantías" son subjetivas. No dejar eso claro, mejora la imagen de "el de casa".
"alguien liberado de tareas distractoras (dando menos clases, corrigiendo menos exámenes, tutorizando menos TFGs, etc. Etc.)"
Prejuicio. Se está hablando de "el de fuera" de manera negativa, colocándolo peor que "al de casa".
"Me parece muy duro tu comentario"
Más duro me parece a mi leer desde "el exilio" a un profesor con plaza pagada por los españoles justificar el nepotismo.
Y si el Dr. Sevilla no estaba diciendo que es justo coger al de casa en una supuesta "igualdad de condiciones" (juzgadas por individuos que no pueden juzgar bien a los candidatos por no ser imparciales), entonces el texto queda ambiguo al respecto.
Al contrario de lo que indicas, no creo que se prejuicio cuando habla en el artículo de “alguien liberado de tareas distractorias (dando menos clases,…, etc.)”.
ResponderEliminarCreo que todos entendemos que este artículo viene a colación de los últimos casos aparecidos en prensa donde “prestigiosos investigadores” no han obtenido la acreditación de profesores por tener menos horas docentes que un becario de primer año. Parece obvio que en la universidad donde trabajaban estaban liberados de tareas distractorias. No parece un prejuicio decir esto.
Quizás los investigadores deberían buscar trabajo de investigadores, en lugar de quejarse de que no les dan trabajo de profesores (en sus figuras más altas) porque no tienen experiencia docente.
Quizá esos investigadores tan buenos no tienen experiencia docente porque en su momento se negaron a hacer un trabajo mediocre que iba contra toda lógica y decidieron irse de este mísero país a hacer investigación de verdad, con la esperanza de poder regresar. Por supuesto, cualquiera que no tuviera las narices o la capacidad de irse, o el típico lameculos incapaz (que los hay), y que se quedaron haciendo un trabajo en el que les obligaban a dar clases que no eran suyas, además de otras tareas, tiene más experiencia docente que otros que hicieron investigación por ejemplo en la industria. Por mucha vocación que puedan tener estos últimos, intentar regresar, ya no a la universidad, sino a España a un trabajo decente, es una odisea terrible
EliminarIncluso una vez regresado, intentar ampliar tu experiencia docente para poder competir con interinos con cvs con investigación mediocre (que no digo todos ojo, pero muchas veces es el caso, no por incapacidad sino por falta de medios) pero muchas horas de clase es cuasi imposible salvo vía figuras como el (falso) asociado, esa figura que se ha prostituido hasta límites insospechados en la universidad pública española en la última década.
Por ello, antes de decir sandeces como que un investigador debiera buscar trabajo de investigador en vez de buscar trabajo de profesor universitario (porque aquí, disculpe, el problema no es acceder a un puesto de catedrático, ed acceder incluso a un contratado doctor), sic, paren a pensar en que ser ha convertido la universidad.
Firmado alguien que ha trabajado como investigador en empresa fantástica en el extranjero, con crió que un decente cv investigador en it, que volvió haciendo de tripas corazón a un puesto no universitario a lidiar con gente que no entiende que es la investigación y que ahora ha accedido a un instituto público de investigación satélite a la universidad... Y esta sudando sangre para poder poder impartir clase aunque sea de máster. Todo esto habiendo reducido su salario a la mitad o menos, claro.
Así que oiga, un respeto.
Y disculpen las erratas, pero es tarde y escribo con el móvil.
EliminarAsí, de esta guisa, hemos llegado a áreas de conocimientos en las que de 9 profesores 6 son Cátedros. O áreas con 4-5 alumnos, que cuentan con otros 6 Cátedros. Y encima, para más INRI, nos hemos inventado la EMERITUZ, EMERITEZ, o como se llame, para que los DINOSAURIOS siguen pastando de la ubre hasta los 74 años. Ya lo viene diciendo hace tiempo el Jefe de los Rectores, ¿Endogamia? No señores es que "los de la casa son los mejores". Ese señor, elegido a dedo por quienes son elegidos en procesos de dudosa calidad democrática con voto ponderado por ESTAMENTOS, ha llegado a decir que en la universidad española no hay fallas. Así nos luce el pelo.
ResponderEliminarAnónimo-2 dijo...
ResponderEliminarAsí, de esta guisa, hemos llegado a áreas de conocimientos en las que de 9 profesores 6 son Cátedros. O áreas con 4-5 alumnos, que cuentan con otros 6 Cátedros. Y encima, para más INRI, nos hemos inventado la EMERITUZ, EMERITEZ, o como se llame, para que los DINOSAURIOS siguen pastando de la ubre hasta los 74 años. Ya lo viene diciendo hace tiempo el Jefe de los Rectores, ¿Endogamia? No señores es que "los de la casa son los mejores". Ese señor, elegido a dedo por quienes son elegidos en procesos de dudosa calidad democrática con voto ponderado por ESTAMENTOS, ha llegado a decir que en la universidad española no hay fallas. Así nos luce el pelo.
Fdo. Anonimo-2
Todo el que venga aquí a decir "esto es exactamente lo que pasa" es parte del problema, como dice el primer anónimo.
ResponderEliminarSi no se ve el evidente sesgo a favor del interino en este texto, se tiene el mismo problema que el autor.
ResponderEliminarANÓNIMO 3.
El autor del texto, profesor de reconocido prestigio y cuyo artículo tanto éxito ha conseguido en redes sociales y q también ha retratado la situación de la universidad española, ¿ha hecho algo por subvertir ese sistema pervertido e incluso perverso?
¿Y tantos y tantos otros como él q hacen en el dia a día para cambiarlo?
Y lo de la ANECA ya. He llegado a conocer casos en los que candidatos a acreditación a Catedrático retiran solicitud porque uno de los evaluadores era su más acérrimo enemigo académico.
Lamento decir que cada dia la realidad confirma la experiencia que he tenido con el 99,5% de los excelsos investigadores del exilio dorado que ahira pululan por nuestras universidades exhibiendo credenciales de excelencia... son muy buenos porque se fueron, son buenisimos porque desean volver a esta mierda de pais de la salieron y encima, ingratos nos, no les recibimos bajo palio. Son gentes toxicas, y generalmente amargadas, acostumbradas, por ser mejores que nadie, a pisar el cuello de quien les puede hacer sombra. Su llegada como lobos solitarios distorsiona siempre un sistema universitario optimizado (aunque mejorable) si tenemos en cuenta los recursos que se abocan a la Universidad Española. Son especies invasoras y como tal se comportan ... destrozan el ecosistema en su beneficio. Para ejempos... leer arriba.
ResponderEliminarLamento decir que cada dia la realidad confirma la experiencia que he tenido con el 99,5% de los excelsos investigadores del exilio dorado que ahira pululan por nuestras universidades exhibiendo credenciales de excelencia... son muy buenos porque se fueron, son buenisimos porque desean volver a esta mierda de pais de la salieron y encima, ingratos nos, no les recibimos bajo palio. Son gentes toxicas, y generalmente amargadas, acostumbradas, por ser mejores que nadie, a pisar el cuello de quien les puede hacer sombra. Su llegada como lobos solitarios distorsiona siempre un sistema universitario optimizado (aunque mejorable) si tenemos en cuenta los recursos que se abocan a la Universidad Española. Son especies invasoras y como tal se comportan ... destrozan el ecosistema en su beneficio. Para ejempos... leer arriba.
ResponderEliminarTóxico es el que está a favor de un sistema tóxico en que incluso se dice "ese es mejor" como insulto.
ResponderEliminarVAYA VERGÜENZA DE UNIVERSIDAD ESPAÑOLA.
De "recibir bajo palio" nada.
ResponderEliminarSólo piden que el dinero público contrate a alguien con mejor CV que el pringao que ha estado lamiendo culos en el departamento.
Sólo piden que no se defraude al erario público con una falsa oposición.
Sólo piden que tengan algo de vergüenza.
El mejor CV para un puesto de profesor es el que más experiencia docente tenga, que es lo que está gente no quiere reconocer.
ResponderEliminarAhora bien, para este país es vital que los investigadores puedan realizar su labor aquí, pues es algo de lo que se beneficia toda la sociedad.
"El mejor CV para un puesto de profesor es el que más experiencia docente tenga"
ResponderEliminarY por este pensamiento, la Universidad Española es mediocre.
Totalmente de acuerdo.
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