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martes, 22 de marzo de 2016

Referentes culturales, socialización y frikis

Cuando trabajaba en Westinghouse los domingos por la noche veía "Estudio estadio", el programa de futbol que resumía la jornada. Era la única forma de tener cierta conversación en la oficina el lunes, o al menos de no quedar como un absoluto inadaptado. Todo el mundo sabía que fulano era del Atletic o mengano del Zaragoza, y era obligado felicitarles o acompañarles en el sentimiento en función de lo que hubiera ocurrido. A mí ese deporte no me ha interesado jamás, y sufría tomando apuntes de la tele como si de una obligación laboral más se tratara. Esta historia que tenía olvidada me vino a la cabeza cuando vi en FB la imagen adjunta.

Por un lado parece claro que los referentes culturales comunes son un elemento esencial de la cohesión de un grupo. Empezando por el idioma que se habla, la religión que se profesa, la historia que se aprendió en la escuela y continuando con los personajes populares del momento en deporte, televisión o cine. De hecho parece que nos resulta divertido poner a prueba el conocimiento de esos referentes que tenemos nosotros y otras personas; así triunfan tantos concursos televisivos con ese esquema. Más acusado aún es si pensamos en grupos sociales más pequeños, especialmente en la adolescencia. Se crean grupos que se esfuerzan por definir cual es su música, su vestido, sus peinados, sus películas, etc. En esa carrera por las subculturas (1) hay quien busca la popularidad y quien todo lo contrario, huye de lo que sea demasiado común ("mainstream").

La reivindicación del orgullo friki es la oficialización de una subcultura compartida por individuos tradicionalmente oprimidos en su entorno físico (bullying, etc.) y que ha cristalizado a través de las redes sociales. Aunque habría muchas clasificaciones que hacer dentro de ese término paraguas de friki: de la Guerra de las Galaxias, del comic, del manga, del Magic, de la programación, del mundo maker, etc.

Así pues, si uno quiere pertenecer a un grupo sí tiene la obligación de compartir unos cuantos de los referentes culturales que lo identifican. No hay más remedio, es prácticamente tautológico, el grupo se define por dichos referentes. Y la pertenencia al grupo va en bloque, no se pueden elegir unas cosas sí y otras no. No es que me fueran a despedir del trabajo por no hablar de fútbol los lunes, era una decisión personal de socialización, como tantas que vivimos a diario. Desagradable, pero que me compensaba respecto de pasar el lunes... trabajando de forma productiva. Eso sí, estaría bien ir creando grupos sociales más abiertos y flexibles en los que pueda encajar de forma más amable la variedad interpersonal. Y más me vale, porque yo a estas alturas no pienso ver "The Wire" o "Los Soprano" para tener conversación ;-)

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(1) Si "cultura" en este contexto es el conjunto de referentes culturales compartidos, se pueden diferenciar niveles. He reservado "cultura" para un nivel que coincide con el país (idioma, televisión, etc.) y "subcultura" para subconjuntos de la anterior. Pero todo esto es arbitrario y se podrían tomar grupos y niveles de otras formas.

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