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miércoles, 27 de enero de 2016

De Pollock al hongo nuclear (un viaje en vídeo. Segunda parte)

(Continúa de aquí, y en realidad también del episodio cero en Next Door)

Las ideas raramente son radicalmente originales en una sola persona. Distintos individuos interaccionando, directamente en ocasiones y leyéndose otras, van dando pasos en una dirección nueva. Tumbar un lienzo en el suelo y chorrear pintura sobre él puede parecernos hoy poca innovación, pero alguien tuvo que hacerlo por primera vez.



Diego Rivera (1), José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros on los tres principales exponentes del muralismo Mexicano, un movimiento artístico hijo de la revolución Mexicana y reforzado por los grandes desastres de comienzos del S XX como la guerra mundial o la gran depresión. Era la vertiente artística de un movimiento intelectual y político que pretendía la transformación social. Rivera y Siqueiros fueron abiertamente comunistas, el segundo pasó temporadas en la cárcel, Orozco en cambio centró su obra en los grandes valores humanos de un modo menos político. La necesidad de pintar más grande llevaron a Siqueiros a empeñarse en investigar materiales y técnicas, quería "llevar a la realidad una idea que desde 1920 teníamos Diego Rivera y yo, es decir la creación de un verdadero taller de muralismo donde se ensayaran nuevas técnicas de pinturas, materiales, aspectos geométricos, perspectivas, etc.”.

En 1936 Siqueiros organizó un taller experimental en Nueva York al que asistieron Jackson Pollock (¿y su hermana?(2) ). Allí aprendió técnicas y planteamientos que sin duda fueron uno de los gérmenes que fructificarían en su obra. Una de ellas probablemente fue la técnica de pintura accidental. Esta técnica consiste en verter una capa de pintura sobre otra (sobre un lienzo horizontal). Cuando la capa de abajo es menos densa y quiere flotar en la de arriba surgen maravillosas figuras. Lo vemos en este estupendo vídeo del Instituto de Estudios Estéticos y el Instituto de Investigación en Materiales de la Universidad Autónoma de México:


La pintura accidental de Siqueiros es un caso particular de la inestabilidad de Rayleigh -Taylor. Esta inestabilidad da lugar a una figuras espectaculares. En el siguiente vídeo vemos una simulación (en este caso no son resultados observados sino calculados) de un corte vertical de una mezcla de dos líquidos de diferentes densidades:


La inestabilidad de Rayleigh -Taylor se produce cuando un fluido de menor densidad está debajo de uno de mayor, y ha de abrirse paso para flotar sobre él y en el camino se riza y desmembra en torbellinos cada vez más pequeños. Esa situación se produce en la detonación de una bomba termonuclear, ya que como producto de la explosión el aire de su entorno se calienta mucho más que el de capas superiores. Ese aire caliente y cargado de humos que quiere subir da lugar al hongo radiactivo, la manifestación más brutal de la inestabilidad de Rayleigh -Taylor, uno de los diversos aspectos científicos que surgen de la obra de Pollock.


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(1) Diego Rivera fue "marido de Frida Khalo", uno de los pocos casos en que es al varón al que se hace referencia como miembro de la pareja. Y es que Frida Khalo es un personaje tan icónico... pero esta historia se sale mucho del tema.
(2) Se conseva una carta que la manda Siqueiros a Pollock, pero que va dirigida a tres personas, Jackson Pollock, Sandy Pollock y Harlod Lehman (ver aquí), pero no encuentro más referencias a Sandy Pollock (aparte de una cocinera actual que claramente no es aquella). 

Bibliografía (aparte de la ya citada):
Wikipedia: Siqueiros, Muralismo Mexicano, Rivera, Orozco, Pollock
Polémica sobre el encuentro Pollock Siqueiros: En Clarín, En La Jornada  (de la UNAM)  Archives of the American Art


 

lunes, 25 de enero de 2016

De Pollock al hongo nuclear (un viaje en vídeo, primera parte)


Hace unos días comentaba los estudios sobre la fractalidad de la obra de Pollock y como se había estudiado con detalle la dimensión fractal de bastantes obras suyas (aquí y más extenso aquí). Pero hay más cosas interesantes desde un punto de vista científico cuando se contempla la obra de Pollock.

Cuando empezaba con su pintura de acción, pero aún no se había animado a poner los lienzos en el suelo, aparecen algunos curiosos regueros de pintura ¿cómo los hizo? parece claro que lanzando la pintura al hacer un movimiento curvo con un pincel empapado. Este proceso funciona bien en un rango concreto de las variables que intervienen en el proceso como la viscosidad de la pintura o la velocidad del giro. Esto lo han estudiado en el Instituto de Investigaciones Estéticas y el Instituto de Investigación en Materiales de la Universidad Autónoma de México y han resumido su trabajo en este precioso vídeo:


El tipo de ondulaciones y rizos que se producen cuando la pintura aterriza en el lienzo parece muy aleatorio, pero para una viscosidad fija depende de forma muy precisa de la velocidad relativa entre el chorro y el sustrato. Esto se ve de forma extraordinaria en el siguiente vídeo (un poco más de información sobre la investigación que lo produjo aquí):


Continuará 

sábado, 23 de enero de 2016

Resonando con la "Historia alternativa del siglo XX"

Este verano estuve visitando las ruinas de Numancia. Tienen un par de reproducciones estupendas de típicas del lugar en dos momentos de su historia. Al entrar en la de la época romana tuve la sensación de que ya había estado allí. En realidad no es verdad, pero me recordaba mucho a casas en las que había estado en mi infancia en pueblos de la provincia de Cuenca. La casa en la que vivía mi bisabuela la recuerdo antes del agua corriente y con suelos de tierra apisonada (al menos en algunas estancias), con una letrina en el corral y velas. La llegada de la luz eléctrica es anterior, pero no había bombilla en todas las habitaciones y se iba con frecuencia. Esa casa era mejor que la de Numancia, pero se parecía mucho más a ella que a la que ocupo mientras escribo estas líneas.

La figura de arriba se hizo para indicar la época de los combustibles fósiles en un período temporal largo, tanto como la historia de la escritura y otro tanto hacia el futuro. El descenso no está claro (y el tema del "peak oil" genera mucha controversia), no sabemos como será lo que venga, pero lo que ha ocurrido ya es muy llamativo. La gráfica sigue siendo válida para casi cualquier variable que se nos ocurra poner en el eje y (bueno, quizá no tantas, pero muchas). La población total, la población que sabe leer, la cantidad de alimentos producidos, la esperanza de vida, la riqueza total de la humanidad... Visto desde lo alto de la gráfica, desde la estrellita que marca el presente, mi bisabuela y los romanos están al mismo nivel de casi todo. En esa escala "todo" ha ocurrido en el siglo XX. En esa escala el siglo XX introduce una transición brutal, un cambio de fase. Hacia qué está aún por ver, pero seguro que nada volverá a ser como antes del despegue que muestra la figura.

La "Historia alternativa del siglo XX" que nos cuenta John Higgs desmenuza los sucesos que acabaron con una época de los imperios, y las referencias bien establecidas. La relatividad. el modernismo, la guerra, el individualismo, el ello, la incertidumbre, la ciencia ficción, el nihilismo, el espacio, el sexo, los adolescentes, el caos, el crecimiento, el posmodernismo y la red. Esos 15 capítulos hilan la narración desde las primeras referencias que se desmoronan hasta que se puede atisbar un principio de síntesis que, recogiendo los pedazos del inmenso "análisis" que supuso el siglo pasado pasado, se enfrenta al que va corriendo ya.


La visión que trasluce de la humanidad y su cultura es de lo más comprensivo que conozco. De 15 pinceladas, dos son de ciencia y dos de tecnología... aunque no tiene sentido ponerse cuantitativo, era una forma de introducir que la amplitud de su consideración de los fenómenos sociales y como en ellos la ciencia (tratada de forma no trivial) juega un papel importante. Claro que se pueden encontrar argumentos un poco traídos por los pelos, pero muy pocos para el esfuerzo que supone enhebrar tantos sucesos aparentemente dispersos en una historia coherente con principio y fin.

He disfrutado con su lectura como con pocos libros, por eso me he animado a comentarlo. Como no estoy acostumbrado a leer libros de este tipo no se cuanto es por que el libro es realmente bueno y cuanto por que ha resonado con mis puntos de partida. En cualquier caso, lo recomiendo sin ninguna duda.

viernes, 22 de enero de 2016

La dimensión de Jack el salpicador

Hace muchos años me compré una camiseta con el motivo de la figura, una historia del arte en 9 artistas recreados con la figura del "smily". Entonces conocía a todos menos a Pollock. Fue la camiseta la que me animó a profundizar en la obra y en el personaje (los caminos del frikismo son insondables).

El personaje es interesantísimo, y buena parte de su obra me encanta. Ya se que es ese tipo de obra "que cualquiera puede hacer", pero la realidad es que nadie hace y menos así de bien. Y parte de ese "bien" se puede cuantificar, y hay un físico/ artista que se dedicó a ello, midiendo la dimensión fractal de las obras de Pollock (y comparándola con otras "marañas" de pintura). Esa historia la escribí con cierto detalle como colaboración para el blog de Next Door Editores, así que puedes continuar leyéndola allí.

También puedes probar tus dotes de apreciación artística intentando averiguar cuales de las obras propuestas son auténticos Pollock y cuales no en este entretenido juego.


jueves, 21 de enero de 2016

El Smorgasbord académico


Tal como decíamos hace unos días, la misión de la universidad, en el modelo adoptado en España y según recoge la legislación, es la creación y transmisión de la ciencia (en un sentido amplio). Los profesores de universidad deben dedicarse al desarrollo de esas funciones, básicamente a la docencia y la investigación. Pero ¿en qué tareas se desglosan esos dos grandes objetivos?

Docencia se puede impartir en grados o en másteres, pueden ser cursos de doctorado o clases en títulos propio. Puede tratarse de clases teóricas o prácticas, seminarios, resolución de problemas, estudios de caso o visitas de campo. Es docencia diseñar pruebas de evaluación y corregir exámenes, trabajos y guiones de prácticas. Es también docencia participar en el diseño y evaluación de titulaciones, redacción de memorias para verificación, guías docentes de asignaturas e informes de seguimiento. Es también docencia dirigir trabajos fin de grado y fin de máster, así como actuar en tribunales de defensa de dichos trabajos. Lo mismo para tesis doctorales (en este caso en la frontera con la investigación). No hay que olvidar los programas de intrnacionalización, establecimiento de contactos con universidades extranjeras, redacción de acuerdos Sócrates- Erasmus (o de otros programas equivalentes), la selección de estudiantes, tutoriación y redacción de acuerdos de estudios y reconocimientos académicos. Tareas de captación de estudiantes, conferencias en institutos de secundaria, jornadas de puertas abiertas, artículos para la prensa local...

La investigación requiere fondos, lo que exige redactar proyectos de investigación para convocatorias regionales, nacionales y europeas. Hay que contactar con otros investigadores para formar coaliciones con las que sea más probable redactar proyectos ganadores. Hay que gastar el dinero de los proyectos concedidos, seleccionar personal para contratos de investigación, solicitar ofertas de equipamiento, realizar los trámites administrativos para que esos gastos se ejecuten con plena legalidad. Es necesario justificar los proyectos, redactar memorias justificativas y listados de gastos. Además del marco económico hay que desarrollar la investigación propiamente dicha, buscar documentación científica, leerla, plantear experimentos, cálculos y simulaciones, resolverlos, discutir resultados, redactar originales para su publicación (en congresos, revistas revisadas por pares u otros foros). Es conveniente transferir resultados de investigación a empresas del entorno (o más lejanas), así como realizar investigaciones por encargo de esas empresas. Para ello hay que realizar contactos, escribir propuestas, redactar contratos (artículo 83 de la LRU), redactar patentes, tratar con agentes de patentes, esforzarse en comercializar las patentes hechas. En ocasiones hay que crear nuevas empresas con las que explotar los resultados de investigación que se han obtenido (spin offs), para lo que hay que desarrollar una cantidad de tareas que me voy a ahorrar por no hacer excesivo este texto.

Además de la docencia y la investigación más puras, esbozados en los párrafos anteriores, hay que participar en el autogobierno de la institución. Rector, vicerrectores, secretario general, directores y subdirectores de centro, de departamento, responsables de titulación, de movilidad, de calidad. Todos esos puestos y algunos más son ejercidos por profesores. Y si uno no ostenta uno de esos cargos unipersonales, seguro que pertenece a órganos de gobierno colegiados, cuando menos al Consejo de Departamento y del área de conocimiento, y es posible que también de la Junta de Centro, Consejo de Gobierno, Claustro Universitario o cualquiera de las muchas comisiones que hay (de investigación, de doctorado, el consejo editorial, de reclamaciones, de seguimiento del plan estratégico,...).



Lista de tareas que da Carles Ramió en su "Manual para atribulados profesores universitarios". Otra versión del Smorgasbord académico al que se enfrentan los profesores

Entre las misiones de la universidad también está la transmisión de la ciencia y la cultura a la sociedad en general, no solamente a los estudiantes matriculados. Se le suele llamar "extensión universitaria" a este tipo de actividades y se suelen materializar en museos, exposiciones, cursos y jornadas abiertos al público en general, ciclos de conferencias, organización de conciertos y casi cualquier actividad imaginable. En la organización y desarrollo de todas estas actividades de extensión universitaria, lógicamente, también participan profesores, son actividades que forman parte de su trabajo.

En resumen, hay varias decenas de actividades a las que puede dedicarse un profesor. Planificar la actividad es como enfrentarse a un magnífico Smorgasbord con multitud de platos ¿Qué comes? Pues es difícil. Si picoteas demasiado no profundizas en nada y la eficiencia global no es buena. Si te centras en unas pocas cosas pierdes variedad “alimentaria” que resulta muy enriquecedora. Eso sí, la docencia es como el pan, en mayor o menor medida ha de acompañarlo todo. También es verdad que a lo largo de la vida profesional la mejor dieta va cambiando, en las primeras etapas ha de estar más cargada de investigación y en las últimas de extensión universitaria.

En esta enorme diversidad de actividades y más aún de combinaciones posibles está la explicación de algunas de las miserias que aquejan la vida académica: personas con perfiles dietéticos muy distintos se desprecian unos a otros pensando que lo suyo es inadecuado, perfiles muy similares compiten excesivamente por las mejores piezas, escondido entre las viandas hay quien se escapa sin apenas probar bocado (pocos pero que dan una terrible imagen a la profesión). El Smorgasbord académico lleva, de forma muy general, a la obesidad ocupacional, a estar trabajando todo el tiempo imaginable. Y es que cuesta mucho gestionar con inteligencia una situación laboral tan abierta.

(Continuaremos con esta serie sobre el profesorado universitario que comenzó con: ¿Qué, empezando las clases? y ¿Los profesores que investigan son mejores docentes?

martes, 19 de enero de 2016

Sobre el auténitico valor de los "campus bonsai"

Con la llegada de las comunidades autónomas el sistema universitario español creció enormemente, todas tenían que tener al menos una. En esa explosión de universidades, en ocasiones en una segunda etapa, proliferaron campus menores en muchas ciudades.

Los campus se creaban por razones puramente políticas en el mal sentido de la palabra, es decir, para contentar votantes y no por la auténtica razón Política de dar un mejor servicio de enseñanza superior. Así se crearon campus en entornos geográficos en los que la demografía hace su existencia extremadamente costosa, lo que se ha convertido en una losa para su desarrollo en tiempos de crisis. Estos "campus bonsai", con pocas titulaciones y muy pocos estudiantes, han de estar justificando su existencia y los recursos destinados a ellos a diario.

La población mundial se muda a las ciudades de forma vertiginosa, a un ritmo cercano al 2% anual. Hace ya un par de años que la mitad de los humanos del planeta habita en grandes urbes. Hay tantas cosas que han cambiado en un par de generaciones que nadie quiere vivir como sus bisabuelos. Un joven de hoy día, en edad universitaria ¿qué vida llevaría en un pueblo de 2000 habitantes? Una que intentará evitar por todos los medios. Sin embargo, aunque a nivel individual sea perfectamente comprensible, seguramente no es deseable a escala global. Cuando se extrapolan los datos que lleva aparejada la concentración de población (de polución, consumos de agua y energía, etc.), al ritmo que está ocurriendo, el panorama que se dibuja es difícilmente sostenible, o cuando menos, no deseable.

En mi opinión es necesario que se hagan esfuerzos en la dirección de revertir la tendencia urbanita. No por razones espurias como conseguir los votos de las personas de las zonas rurales (cada vez menos por otra parte), sino por la mejora de las condiciones de vida de la población en general y por un mejor uso del medio ambiente. En esa "rerruralización" de la población los pequeños campus universitarios pueden jugar un cierto papel.

La reocupación de territorios que no sean grandes ciudades solo ocurrirá si estos resultan atractivos para las personas. ¿En qué consiste ese atractivo? Eso lo tendrán que estudiar a fondo psicólogos y sociólogos, pero si hay trabajo, educación, sanidad y entretenimiento accesibles y de calidad seguramente se tiene mucho ganado. La universidad no es el único elemento en ese camino, pero sin duda es uno de ellos. Lo que parece claro es que esa "universidad de entorno rural" no puede ser igual que la de toda la vida. Ni se puede forzar a todos los jóvenes de una zona a concentrarse en tres o cuatro titulaciones ni se puede atender de forma tradicional a grupos de 3 o 4 estudiantes de multitud de titulaciones. Lo primero nos aleja de una situación "atractiva" para los ciudadanos, mientras que lo segundo resulta económicamente inviable.

Una posibilidad es ofrecer un abanico amplio de titulaciones pero de forma no convencional. Ese “no convencional” incluye tanto las universidades presenciales como a las universidades a distancia que vienen operando desde hace décadas. Las primeras exigen una cantidad de recursos excesiva y las segundas no ofrecen algo fundamental para que el período universitario resulte atractivo: la experiencia universitaria. Entre los 18 y los 23 años hay que sacarse una carrera, pero también hay que conocer gente, ligar, asistir a conciertos de música o visitar exposiciones. Sobre todo hay que explorar la propia independencia. Los detalles de esa solución “no convencional” están por definir, pero es seguro que tendrá una fuerte componente virtual, también que ha de tener en el centro de sus objetivos la experiencia universitaria. Para esa universidad semipresencial, mucho más flexible y diversa de lo que estamos acostumbrados, campus pequeños y distribuidos pueden jugar un magnífico papel. Por ahí vamos a encontrar el auténtico sentido de aquella alocada apuesta política. ¡A por ello!

viernes, 8 de enero de 2016

La Universidad y la Administración del Estado.

Entra en vigor normativa legal (Ley 39/2015, del Procedimiento Administrativo Común de las Administraciones Públicas y la Ley 40/2015, de Régimen Jurídico del Sector Público) que entre otras cosas supone que las universidades públicas ya no serán necesariamente administraciones públicas. Este asunto tiene una vertiente técnica jurídica compleja: se puede argumentar que en algunos sentidos nunca lo fue del todo (ver), y en los próximos meses se van a celebrar reuniones para analizar en profundidad los cambios que se inaguran (ver). Pero además de eso tiene una vertiente de política universitaria más relevante para todos.

La universidad preconstitucional era una Administración del Estado plenamente, los Rectores los nombraba el Ministro, tenían interventores de hacienda que eran los que autorizaban los gastos y se regían por la misma normativa que cualquier otra dependencia administrativa. El reconocimiento de que la labor intelectual requería independencia llevó a los principios constitucionales de Autonomía Universitaria y Libertad de Cátedra. A la hora de poner en práctica estos principios, a través de una ley orgánica, se independiza a las universidades de la administración, los Rectores pasan a ser elegidos y los interventores de hacienda son sustituidos por una estructura propia de gestión económica, apareciendo los Gerentes. Pero siendo autónoma, seguía siendo una administración, con trabajadores funcionarios, con un registro general homologado con el de otras administraciones (el sello de la universidad me sirvió como sello oficial de mi solicitud de beca), y muchos detalles más.

Desde el comienzo de aquella Autonomía Universitaria hasta hoy, sucesivas reformas han ido alejando a la Universidad de la Administración. Los registros dejaron de ser oficiales (la solicitud de acreditación tuve que sellarla en la Delegación del Gobierno). Los títulos dejaron de ser oficiales (ahora son "acreditados", si acaso). Los profesores dejaron de ser funcionarios, desde que se creó la figura de "contratado doctor" apenas se han dotado plazas de los cuerpos docentes (especialmente en algunas Comunidades Autónomas). Solo queda la dependencia económica dado que más del 75% del presupuesto de las universidades públicas procede de transferencias de las respectivas Comunidades Autónomas (salvo la UNED y le Menéndez Pelayo que son estatales).

Ese camino de desestatalización alcanza un nuevo hito con la entrada en vigor de la normativa que reconoce formalmente que no hace falta ser administración del estado. Eso si, seguimos prestando un "servicio público", pero ya no como parte del estado (como concesión, quizá). Hace muchos años escribía que su carácter de administración era una de las tres almas de la universidad (ver), en ese tiempo se ha perdido un montón, aunque aún perdura en los usos y costumbres del día a día. Vamos camino de universidades cada vez más ligeras y desreguladas, cada vez menos diferentes de las privadas (incluso en la financiación cada vez nos pareceremos más, y si no al tiempo). De alguna forma me entristece ese camino, aunque sin argumentos muy sólidos, seguramente es pura nostalgia, cosas de la edad.

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Actualización (9 ene 2016), con mucho más detalle técnico, y un análisis de posibles causas y consecuencias del hecho comentado, está el artículo de J.R. Chaves, que escribió unas semanas antes. Lo recomiendo mucho para entender mejor este lío.

domingo, 3 de enero de 2016

Sueldos de políticos

En estas fiestas tan dadas a las discusiones de cuñados, un tema muy recurrente es el de los sueldos que deberían tener los políticos. En un lado del ring la postura de que para tener políticos técnicamente buenos hay que pagarles sueldos de mercado. Personas que harían buen papel como directivos de empresa son los que queremos en la gestión de lo público y eso no va a ocurrir si su paso por la política les supone sueldos mucho menores que el de otras actividades que podrían desarrollar. En el otro lado del ring la postura de que los políticos han de ser personas normales, iguales a sus representados, o al menos no extremadamente alejados de los valores medios de la distribución de personas que les han votado y a las que deben servir.

Creo que ambas posturas llevadas al extremo son malas. No me gustaría para dirigir el país una colección de tiburones, no creo que el perfil adecuado para gobernar sea el mismo que el de dirigir multinacionales. Por otro lado, un gobierno de misioneros con voto de pobreza, dedicados a la actividad política por puro convencimiento obsesivo, tampoco me convence en absoluto.

Antiguamente nobles y reyes dedicados al gobierno ya eran ricos de por sí, riqueza y poder político eran caras de la misma moneda. Si no hay una retribución expresa (y algo más que testimonial) seguiremos en aquella situación, se dedicarán a gestionar lo público los que ya tienen bien servida su despensa, y velarán por sus intereses, claro.

Por otro lado, a mi no me gusta en absoluto que los hijos del director de un instituto público vayan a uno privado. Me resulta sorprendente que se pueda vivir esa dualidad: lo que quiero para mi trabajo (jornada continua, libertad de cátedra, etc.) no lo quiero para el resultado de mi trabajo; que mis hijos no sean educados por esos trabajadores, sino por otros con otras restricciones. Y es a una situación equivalente a la que nos llevan políticos que dispongan de un poder adquisitivo muy superior al de sus representados.

En resumen, no me parece que la cuestión del sueldo de los representantes públicos pueda en si misma determinar la calidad de su representatividad. Los sueldos han de ser significativos para evitar el político misionero y el político señorito (que pretenda a gestionar lo suyo). El alejamiento emocional de la población representada que esto produce ha de resolverse de otras formas. Una de ellas sería limitando los mandatos, evitando que los representantes se perpetúen tanto en la representación que no recuerden la vida "civil". Otro camino consiste en que los electos hayan de rendir cuentas de forma personal con sus electores, con listas abiertas, circunscripciones menores o cuestiones similares.

Quizá lo más llamativo de que estas cuestiones sean ahora motivo habitual de conversación de sobremesa es la sensación de que la estructura de representación política que se organizó tras el franquismo, y que ha servido razonablemente bien algunas décadas, ya no cumple su función. Parece que no se trata solamente de incorporar nuevos actores al tablero de los partidos políticos, sino que hay que reformar de forma profunda toda la estructura de la representación ciudadana. No sé si seremos capaces de acometer tan profunda reforma adecuadamente. Ojalá.