Con este que termina van 8 años de blog. 865 entradas publicadas, de ellas 76 este año. El número de entradas ha crecido un poco, el de lectores no, es prácticamente idéntico que el del año pasado.Me sorprende haber incorporado el blog a la rutina habitual, 8 años ya es rutina. En cambio la temática va derivando. Algún día me tengo que mirar esa deriva cuantitativamente.
Internet cada día es más móvil... y más volatil. Hoy la gente ya no tiene un blogroll, eso es una antigualla. Se sigue lo que escribe la gente interesante a través de redes sociales. Los soportes de moda van evolucionando, modas que se suceden siempre facilitando la lectura en el móvil. Para escribir Medium es lo trendy, y esto del Blogger es viejuno total... que le vamos a hacer, no se puede estar en todo.
Con una prespectiva de 8 años se ve como también el personal ha ido derivando. Hay blogs que eran referentes y que han desaparecido. Personas que empezaron de forma muy aficionada en las redes se han profesionalizado mucho en unos u otros soportes, medios de comunicación o libros. Las redes donde supe de esas personas también se han vuelto más serias, el personal publicita su producción y calibra mucho lo que retransmite. La conversación se desplaza a entornos más cerrados. Yo lo encuentro todo más frío y aburrido, pero seguramente es que no he sabido moverme adecuadamente. Como quiera que sea, el entorno digital sigue siendo un lugar más en el que se desarrolla la vida, una parte de ella calro. Un entorno inexcusable y que claramente merece la pena. Nos seguimos viendo por sus recovecos el año que comienza. Feliz 2016.
Una visión personal de la Universidad en general y la UPNA en particular; la ciencia, la docencia y otras hierbas.
Páginas
▼
jueves, 31 de diciembre de 2015
lunes, 28 de diciembre de 2015
No es "corrupción", es su concepción de lo público.
Parece ser que ha recogido su acta de diputado un señor que cobra comisiones por hacer de intermediario entre empresarios. Nada problemático si no pensamos que la posición que le permite realizar esa intermediación es la de ser persona próxima al poder, diputado y miembro del gobierno anteriormente. Utiliza la información de la que dispone en razón de su actividad como servidor público para hacer negocio personal con ella. ¡Y a mucha honra! Es nuestro granito de arena para que las empresas sacaran a nuestro país de la crisis.
Y no es raro, también Esperanza Aguirre (lo vimos aquí) y los ínclitos Trillo y Pujalte (también lo comentamos) se ha comprobado que realizan prácticas equivalentes. Nada ilegal en ningún caso, pero de una indignidad que, a mi al menos, me resulta verdaderamente insoportable. Porque yo puedo empatizar con un "corrupto clásico", alguien que manejando dinero ajeno se le escapa la mano y se lleva un poco (o mucho). Pero los gobernantes que se sienten superiores a los gobernados me producen una repugnancia absoluta. Desde nuestros cargos públicos es totalmente normal que compartamos la información privilegiada con quien nos dé la gana (a cambio de dinero o no). Ese tipo de actuaciones y más aún la normalidad con que lo perciben los implicados y (salvo en período electoral) sus correligionarios muestra una patrimonialización de lo público total. Inaguantable. Mucho más significativo que "la corrupción". Toda una concepción de lo público en la que no cabe la palabra servicio.
Y no es raro, también Esperanza Aguirre (lo vimos aquí) y los ínclitos Trillo y Pujalte (también lo comentamos) se ha comprobado que realizan prácticas equivalentes. Nada ilegal en ningún caso, pero de una indignidad que, a mi al menos, me resulta verdaderamente insoportable. Porque yo puedo empatizar con un "corrupto clásico", alguien que manejando dinero ajeno se le escapa la mano y se lleva un poco (o mucho). Pero los gobernantes que se sienten superiores a los gobernados me producen una repugnancia absoluta. Desde nuestros cargos públicos es totalmente normal que compartamos la información privilegiada con quien nos dé la gana (a cambio de dinero o no). Ese tipo de actuaciones y más aún la normalidad con que lo perciben los implicados y (salvo en período electoral) sus correligionarios muestra una patrimonialización de lo público total. Inaguantable. Mucho más significativo que "la corrupción". Toda una concepción de lo público en la que no cabe la palabra servicio.
martes, 22 de diciembre de 2015
El desastre de la ordenación académica a la boloñesa
Los ciclos académicos son más complicados de lo que los profesores tendemos a creer. Pensamos que impartir la asignatura es lo único que hay que hacer con ella y no es verdad. Hay que crear una oferta académica, publicitarla, abrir la matrícula, matricular cada asignatura, dividirla en grupos, vincularlos a profesores, asignar aulas (laboratorios, etc.), documentar la calificación final (acta) y generar la acreditación que corresponda (anotación en el expediente, diploma o lo que sea).
Aunque sea menos evidente de lo que tendemos a pensar, son procedimientos que se vienen desarrollando desde hace décadas (siglos incluso) con razonable eficacia. Además con la informatización de los procesos e Internet la gestión asociada al ciclo académico podría haberse simplificado muchísimo... pero ahí llegó la interpretación local del espacio europeo de educación superior (alias Bolonia) y la liamos parda.
Nos hemos propuesto detallar la oferta académica con extraordinaria precisión (lo cual es bueno) antes de que esté asignado el profesorado que la impartirá (lo cual es imposible). Además esa oferta detallada ha de coincidir con espesos documentos aprobados por instancias superiores (a.k.a. ANECA) pero no está definido cómo conseguir esa congruencia. Hemos de comenzar la impartición antes de concluir la matrícula. Se asigna el cómputo oficial de grupos de prácticas cuando estas han acabado de impartirse. Se nos insiste en la conveniencia de la evaluación continua (lo cual es bueno) pero con pruebas de calificación recuperables (lo cual es imposible)... En fin, solo quería indicar algunas pinceladas de esta receta del lío a la boloñesa que nos trae de cabeza a todos los implicados, detallarla con precisión está fuera del alcance de este texto (y seguramente de mis capacidades).
El proceso de Bolonia nos ha animado a introducir demasiados requisitos en el ciclo académico y el resultado final es que muchos son incompatibles entre si. Pero como hay que sacar el curso adelante, se van supliendo esas incoherencias como buenamente se puede, apagando fuegos con voluntarismo. Pero sin una racionalización integrada del ciclo académico no vamos a poder salir de verdad del desastre en el que estamos sumidos.
Los detalles expuestos son de mi universidad, pero me consta que todas andan en el mismo lío general, otro efecto secundario perverso de la terrible implantación del EEES que está sufriendo el sistema universitario español. A ver si espabilamos de una vez...
Aunque sea menos evidente de lo que tendemos a pensar, son procedimientos que se vienen desarrollando desde hace décadas (siglos incluso) con razonable eficacia. Además con la informatización de los procesos e Internet la gestión asociada al ciclo académico podría haberse simplificado muchísimo... pero ahí llegó la interpretación local del espacio europeo de educación superior (alias Bolonia) y la liamos parda.
Nos hemos propuesto detallar la oferta académica con extraordinaria precisión (lo cual es bueno) antes de que esté asignado el profesorado que la impartirá (lo cual es imposible). Además esa oferta detallada ha de coincidir con espesos documentos aprobados por instancias superiores (a.k.a. ANECA) pero no está definido cómo conseguir esa congruencia. Hemos de comenzar la impartición antes de concluir la matrícula. Se asigna el cómputo oficial de grupos de prácticas cuando estas han acabado de impartirse. Se nos insiste en la conveniencia de la evaluación continua (lo cual es bueno) pero con pruebas de calificación recuperables (lo cual es imposible)... En fin, solo quería indicar algunas pinceladas de esta receta del lío a la boloñesa que nos trae de cabeza a todos los implicados, detallarla con precisión está fuera del alcance de este texto (y seguramente de mis capacidades).
El proceso de Bolonia nos ha animado a introducir demasiados requisitos en el ciclo académico y el resultado final es que muchos son incompatibles entre si. Pero como hay que sacar el curso adelante, se van supliendo esas incoherencias como buenamente se puede, apagando fuegos con voluntarismo. Pero sin una racionalización integrada del ciclo académico no vamos a poder salir de verdad del desastre en el que estamos sumidos.
Los detalles expuestos son de mi universidad, pero me consta que todas andan en el mismo lío general, otro efecto secundario perverso de la terrible implantación del EEES que está sufriendo el sistema universitario español. A ver si espabilamos de una vez...
jueves, 10 de diciembre de 2015
Objetivos de la ciencia frente a los objetivos de los científicos
En la entrada anterior comentaba una posible "definición vectorial" de ciencia )o menos pomposamente, una enumeración de componentes que hay detrás de esa palabra). En general, el desarrollo de las diversas dimensiones de esa definición está bien alineado: una persona con actitud vital curiosa se dedica profesionalmente a una actividad que contribuye a un cuerpo de conocimientos especiales que alimentan un sector económico. Pero claro, esto es así de armonioso mirándolo de forma muy idealizada. En la realidad este alineamiento no siempre está tan claro.
Gracias a un tuit de Raquel Blasco, lleguo a una entrada en el blog de Gerald Carter (un científico dedicado al comportamiento de los murciélagos) titulado "objetivos de la ciencia frente a objetivos de los científicos" (en una traducción libre). Es una entada muy larga, que además deriva hacia otros temas (como la publicación en abierto, y PlosONE en concreto), pero me resulta muy interesante la disyuntiva que plantea en el título. En ella con "científico" se refiere a una de las dimensiones de la definición que comentábamos antes, la actividad profesional. En cambio con "ciencia" se refiere a otras dimensiones, una mezcla de "actitud vital" y de "cuerpo de conocimientos especiales". Si la presión por el desarrollo profesional es suficientemente fuerte (y en muchos casos lo es), los objetivos que guiarán la actividad del profesional se desalinearán con los de la tarea que se supone que está acometiendo.
Este mismo conflicto aparece en la figura anterior (tomada del tuit, y que no está en la entrada comentada), donde llama "académico" a la dimensión profesional antes comentada y "científico" a la dimensión "actitud vital" (+ cuerpo de conocimientos)
Gerald Carter tiene una presentación (de 64 diapositivas) que si está centrada en esta cuestión, en el desalineamiento entre la profesión científica y su objetivo último, la dejo a continuación:
Gracias a un tuit de Raquel Blasco, lleguo a una entrada en el blog de Gerald Carter (un científico dedicado al comportamiento de los murciélagos) titulado "objetivos de la ciencia frente a objetivos de los científicos" (en una traducción libre). Es una entada muy larga, que además deriva hacia otros temas (como la publicación en abierto, y PlosONE en concreto), pero me resulta muy interesante la disyuntiva que plantea en el título. En ella con "científico" se refiere a una de las dimensiones de la definición que comentábamos antes, la actividad profesional. En cambio con "ciencia" se refiere a otras dimensiones, una mezcla de "actitud vital" y de "cuerpo de conocimientos especiales". Si la presión por el desarrollo profesional es suficientemente fuerte (y en muchos casos lo es), los objetivos que guiarán la actividad del profesional se desalinearán con los de la tarea que se supone que está acometiendo.
Este mismo conflicto aparece en la figura anterior (tomada del tuit, y que no está en la entrada comentada), donde llama "académico" a la dimensión profesional antes comentada y "científico" a la dimensión "actitud vital" (+ cuerpo de conocimientos)
Gerald Carter tiene una presentación (de 64 diapositivas) que si está centrada en esta cuestión, en el desalineamiento entre la profesión científica y su objetivo último, la dejo a continuación:
Academia from Gerald Carter
miércoles, 9 de diciembre de 2015
Aproximaciones a la ciencia
Desde hace muchos años tengo una asignatura de doctorado sobre la actividad investigadora. Tras leer y comentar textos, a veces se generan algunas ideas que puede merecer la pena comentar aquí, más allá de las paredes del aula. Es el caso de este texto (generado el curso pasado).
¿Qué es ciencia?
Sin duda se trata de una cuestión muy complicada, con múltiples ángulos. De hecho no creo que se pueda dar una única definición, un escalar, valga la broma. Con una definición vectorial, sin embargo, podemos quizá recoger las distintas dimensiones en las que utilizamos habitualmente la palabra "ciencia". Sirva la figura 1 como una primera aproximación a dicha definición multicomponente de la palabra.
De este modo podemos entender que haya científicos no profesionales, que cumplirían la dimensión "actitud vital" pero no la "actividad profesional". Las dimensiones "actitud vital", "conocimiento especial" y "cuerpo de conocimientos" son las que podemos rastrear hasta los orígenes de la actividad científica, probablemente unida a los orígenes del hombre. Sin embargo las dimensiones profesional e industrial son relativamente recientes, del siglo XX podríamos decir. La dimensión social habría aparecido a medio camino, en la medida en que los científicos formaran comunidades, mucho antes del SXX.
Una forma alternativa de acercarse a una definición es en negativo, definir lo que no es, de forma que el complementario se aproximaría a lo que buscamos. ¿Qué podríamos decir de lo que no es ciencia? Queda resumido en la figura 2.
Vemos también diferentes tipos de enunciados respecto de lo que no es la ciencia. En cuanto al tipo de conocimiento no es el que se deriva de presupuestos inmutables (por ejemplo de la fe) no el que se ha demostrado incierto (mentira). Otra cosa es que no se pueda establecer que un enunciado sea verdadero, pero si se puede establecer que sea falso, y entonces no formará parte del cuerpo de conocimientos que es la ciencia (en una de sus dimensiones). Tampoco enunciados vacíos, ejercicios de lógica vacía y nominalismo confuso (elucubraciones o imposturas intelectuales) forman parte de ese cuerpo de conocimientos especia que llamamos ciencia. Por otro lado, hay actitudes vitales hacia la naturaleza diferentes de la científica, y algunas son tan interesantes y humanas como aquella. Lo mismo se puede decir respecto de las actividades intelectuales.
¿Qué es ciencia?
Sin duda se trata de una cuestión muy complicada, con múltiples ángulos. De hecho no creo que se pueda dar una única definición, un escalar, valga la broma. Con una definición vectorial, sin embargo, podemos quizá recoger las distintas dimensiones en las que utilizamos habitualmente la palabra "ciencia". Sirva la figura 1 como una primera aproximación a dicha definición multicomponente de la palabra.
De este modo podemos entender que haya científicos no profesionales, que cumplirían la dimensión "actitud vital" pero no la "actividad profesional". Las dimensiones "actitud vital", "conocimiento especial" y "cuerpo de conocimientos" son las que podemos rastrear hasta los orígenes de la actividad científica, probablemente unida a los orígenes del hombre. Sin embargo las dimensiones profesional e industrial son relativamente recientes, del siglo XX podríamos decir. La dimensión social habría aparecido a medio camino, en la medida en que los científicos formaran comunidades, mucho antes del SXX.
Una forma alternativa de acercarse a una definición es en negativo, definir lo que no es, de forma que el complementario se aproximaría a lo que buscamos. ¿Qué podríamos decir de lo que no es ciencia? Queda resumido en la figura 2.
Vemos también diferentes tipos de enunciados respecto de lo que no es la ciencia. En cuanto al tipo de conocimiento no es el que se deriva de presupuestos inmutables (por ejemplo de la fe) no el que se ha demostrado incierto (mentira). Otra cosa es que no se pueda establecer que un enunciado sea verdadero, pero si se puede establecer que sea falso, y entonces no formará parte del cuerpo de conocimientos que es la ciencia (en una de sus dimensiones). Tampoco enunciados vacíos, ejercicios de lógica vacía y nominalismo confuso (elucubraciones o imposturas intelectuales) forman parte de ese cuerpo de conocimientos especia que llamamos ciencia. Por otro lado, hay actitudes vitales hacia la naturaleza diferentes de la científica, y algunas son tan interesantes y humanas como aquella. Lo mismo se puede decir respecto de las actividades intelectuales.
viernes, 4 de diciembre de 2015
Luz que entra por la ventana
(Texto que se publica a la vez en Naukas)
Temprano por la mañana pasas frente a la ventana del salón. ¿Y eso? Cada una de las hojas muestra un color distinto: la de la derecha anaranjado, la de la izquierda azul.
A la derecha llega luz directa, los fotones que aterrizan en los visillos han viajado desde el Sol sin interaccionar con nada por el camino. Vienen todos paralelos, por eso generan sombras nítidas como la de la manivela de la contraventana. En cambio en la izquierda tenemos luz difusa, llega a la ventana desde todas partes del cielo. Fotones que salieron del Sol y no iban dirigidos a la ventana sí acabaron en ella tras chocar con el aire o partículas de la atmósfera que los desviaron hacia aquí. Como vienen de todas partes no pueden producir sombras nítidas.
No todos los fotones que venían del sol interaccionan con la atmósfera de la misma manera. Los correspondientes a los colores violeta y azul chocan con el aire con más facilidad; corresponden a longitudes de onda más pequeñas, más parecidas a las de las moléculas con las que chocan. Los colores amarillos y rojos, de longitudes de onda mayores, necesitan atravesar más atmósfera para que lleguen a chocar.
Por eso la luz dispersa, la que ha chocado por todas partes del cielo es azul, mientras que la que llega directa atravesando toda la atmósfera rasante tiene tonos anaranjados. La luz blanca que salió del sol llega a la ventana por dos caminos y con diferentes concentraciones de color en cada uno. Por una bonita casualidad esa mañana cada camino incidía en una hoja distinta de la ventana del salón.
---
Por cierto, sobre esto va mi capítulo en "Destellos de Luz", el libro colectivo editado por la UPNA para celebrar el año internacional de la luz. Ver en la UPNA o en Amazon
Temprano por la mañana pasas frente a la ventana del salón. ¿Y eso? Cada una de las hojas muestra un color distinto: la de la derecha anaranjado, la de la izquierda azul.
A la derecha llega luz directa, los fotones que aterrizan en los visillos han viajado desde el Sol sin interaccionar con nada por el camino. Vienen todos paralelos, por eso generan sombras nítidas como la de la manivela de la contraventana. En cambio en la izquierda tenemos luz difusa, llega a la ventana desde todas partes del cielo. Fotones que salieron del Sol y no iban dirigidos a la ventana sí acabaron en ella tras chocar con el aire o partículas de la atmósfera que los desviaron hacia aquí. Como vienen de todas partes no pueden producir sombras nítidas.
No todos los fotones que venían del sol interaccionan con la atmósfera de la misma manera. Los correspondientes a los colores violeta y azul chocan con el aire con más facilidad; corresponden a longitudes de onda más pequeñas, más parecidas a las de las moléculas con las que chocan. Los colores amarillos y rojos, de longitudes de onda mayores, necesitan atravesar más atmósfera para que lleguen a chocar.
Por eso la luz dispersa, la que ha chocado por todas partes del cielo es azul, mientras que la que llega directa atravesando toda la atmósfera rasante tiene tonos anaranjados. La luz blanca que salió del sol llega a la ventana por dos caminos y con diferentes concentraciones de color en cada uno. Por una bonita casualidad esa mañana cada camino incidía en una hoja distinta de la ventana del salón.
---
Por cierto, sobre esto va mi capítulo en "Destellos de Luz", el libro colectivo editado por la UPNA para celebrar el año internacional de la luz. Ver en la UPNA o en Amazon
miércoles, 2 de diciembre de 2015
Einstein en la radio
El pasado 25 de noviembre se cumplieron 100 años de la publicación de la teoría de la relatividad general por parte de Albert Einstein. Entre la multitud de homenajes que se han hecho con este motivo, un par de ellos con mi contribución:
Pieza de 3 minutos emitida en Onda Cero el 25 en el noticiario de mediodía:
15 minutos de Vermú de la Ciencia de Radio Pamplona (SER) del 29 hacia las 12:30:
Por cierto, que del Vermú de la Ciencia hay una nueva entrega cada semana, y se van publicando en ESTE sitio
Pieza de 3 minutos emitida en Onda Cero el 25 en el noticiario de mediodía:
15 minutos de Vermú de la Ciencia de Radio Pamplona (SER) del 29 hacia las 12:30:
Por cierto, que del Vermú de la Ciencia hay una nueva entrega cada semana, y se van publicando en ESTE sitio