Este año la medalla de oro de Navarra se le ha concedido a la Universidad Pública de Navarra. Dentro de un rato se celebrará el solemne acto de entrega. Este galardón coincide con otro año más de disminución de las transferencias económicas del Gobierno a la Universidad. No es raro pues que haya mucha gente, por ejemplo asociaciones de estudiantes, que al grito de "más presupuesto y menos medallas" solicitaran el rechazo de la medalla. No creo que haya que hacerles caso, este es un buen momento para dejar claras las diferencias entre lo político y lo institucional.
La medalla la entregará la Presidenta del Gobierno de Navarra y la recogerá el Rector de la UPNA. Ambas personas están en sus cargos por haber ganado unas elecciones. En ambos casos yo no les voté. En el momento de las elecciones no eran mis candidatos favoritos, pero una vez elegidos (¡qué le vamos a hacer!) son mi Presidenta y mi Rector.
La comunidad en la que vivo premia a la universidad en la que trabajo. Eso es lo importante. Las personas que encarnan la representación de esas instituciones resultan algo accidental, casual, efímero. Supongo que ellos tampoco se caen bien entre si; da igual, no se trata de que hagan fiestas, sino que dirijan las instituciones que les ha tocado representar de manera sensata y eficiente, para eso eligieron presentarse como candidatos, es de suponer. No son las personas, son las instituciones las que se encuentran en este acto.
No es fácil hacer el equilibrio intelectual de diferenciar entre el plano institucional y el político. No se le puede pedir a todo el mundo. Es normal que el enfado de estudiantes que han tenido que pagar mucho más que el año pasado por el servicio universitario no permita estas sutilezas.
Y dicho esto, vamos a desempolvar alguna corbata (prenda que están cayendo en desuso a enorme velocidad) y a preparar el ánimo para escuchar esos (presumiblemente) soporíferos discursos institucionales.
Es una manera de verlo.
ResponderEliminarSe puede establecer una diferencia entre "lo político" y "lo institucional".
Pero también se pueden establecer diferencias entre "lo formal" y "lo importante".
Tal vez, desde esta perspectiva, el análisis sea diferente.
Sin duda ninguna. Lo que pasa es que lo formal también es importante. Si no hay cauces formales difícilmente se puede discutir de lo importante
ResponderEliminarTal vez sea así, pero en los momentos históricos críticos (y éste, tal vez, sea uno de ellos) prestar tanta atención a lo formal y lo accesorio, nos hace olvidar lo importante. Estoy de acuerdo en que sin cauces formales puede ser difícil. Pero, tal vez, haya llegado el momento de prescindir de tanta vacuidad.
ResponderEliminarEstá claro que a muchos "representantes institucionales" (presentes y futuros) les importa mucho más su propio futuro que el de las instituciones que representan. Tanto fuego artificial comienza a ser nauseabundo, particularmente a la vista de la cruda realidad social.
Es verdad que hay momentos históricos críticos, revoluciones de uno u otro tipo. Por cierto, que no siempre van en la dirección de aumentar la democracia y los derechos humanos (véase el resultado de la primavera árabe). A pesar del momento de especial divorcio entre representantes y representados, personalmente no creo que estemos en un momento prerevolucionario (aún).
ResponderEliminarlo importante es saber que todos los movimientos revolucionarios con violencia nunca han dado los frutos deseados y la historia se ha repetido y ha habido otra revolución violenta, aprendamos del pasado.
ResponderEliminar