Hay una visión purista que considera que no es misión de la universidad formar para el empleo, que para eso ya está la formación profesional (como su propio nombre indica). De acuerdo con ella lo raro sería que el 63% encontraran valor laboral en la formación académica. Esta visión purista está en recesión, probablemente sólo se mantenga ya dentro de la universidad, y por una minoría del personal.
La universidad tradicional, la de los 500 años de historia (si no 1000) sin duda que no tenía ninguna función de formación profesional; se dedicaba a la filosofía (filosofía y letras o filosofía natural). Los saberes de índole más práctica fueron creando sus propias escuelas de formación al margen de la universidad, algunos con una complejidad técnica y científica tan alta o más que en aquella, como las escuelas de ingenieros. Sin embargo en la segunda mitad del siglo XX el prestigio de la marca “universidad” se hizo muy grande (por alguna razón que desconozco) fue reuniendo en su seno la enseñanza de los saberes más variopintos. Todo el mundo quiso ser universitario y no se le cerró la puerta a nadie.
Esta mínima introducción histórica ayuda a entender la función laboral de la universidad y su diferenciación por disciplinas. Hay disciplinas eminentemente vinculadas a una profesión (derecho, medicina, enfermería, magisterio, periodismo, etc.), y si en ellas no se prepara para la profesión malo. Otras disciplinas no tienen una vinculación directa con una profesión (filosofía, humanidades, física, matemáticas, etc.) y por tanto es imposible que la formación se oriente al empleo. Otra cosa es que la formación en ellas obtenida si que resulte valiosa para determinados trabajos y que no estén carentes de “salidas profesionales”, pero siempre serán más variadas y menos obvias. La enseñanza de estas disciplinas necesariamente debe guiarse por su dinámica académica interna.
Vaya, ahora ya no se que pensar del 37% que pensaba que los estudios no tienen utilidad profesional. Quizá eligieron una carrera inadecuada, o encontraron un empleo muy alejado de sus estudios… o estudiaron unos planes de estudio poco adaptados a la realidad. Este último caso es lo que me vino a la cabeza al leer la noticia, pero si quiero defender ese hecho (que por cierto si quiero) tendré que buscar otros datos que de verdad lo refrenden.
El chiste forges lo he sacado del blog de @yoriento, un interesante lugar en el que profundizar en temas de empleo.
Me lo quedo para mi peque, que le hace falta un saleo. Gracias ;))
ResponderEliminarHace muchos años, el primer día de carrera el decano de la Facultad nos dió la bienvenida y nos lanzó un speech que todavía recuerdo. Habló sobre colocarse... ("dentro de 100 años, no se preocupen, estaremos todos colocados... ¡en una caja de pino!") y de las salidas profesionales de nuestra carrera. Nos contó una anécdota sucedida, creo, en la Universidad de Oxford cuando él se encontraba allí.
ResponderEliminarAcudió la Shell (la compañía petrolera) a buscar un director de operaciones para la zona de Asia-Pacífico. Era un puesto importante y todo el mundo pensaba que escogerían a alguien brillante en derecho, o en económicas, incluso tal vez algún ingeniero. La Shell contrató al número uno en "lenguas muertas". Un tío que hablaba perfectamente en latín, griego y sanscrito. Los argumentos fueron que si ese tío era capaz de hacer algo tan difícil de forma tan brillante, en sólo 6 meses ellos serían capaces de prepararlo para el puesto.
Dejando a un lado lo exótico del ejemplo creo que en el mundo laboral se demanda sobre todo talento. El destalentado se queja de que la Universidad no se lo ha proporcionado. El que lo tiene, agradece a la Universidad que lo haya dotado de medios y conocimientos para explotarlo.
Un saludo
@Lola A ver si le anima a algo gueno ;)
ResponderEliminar@Rkinkaid. Los ingleses son muy peculiares para esas cosas. A los doctores en física teórica se los rifan como brokers, creo que con algún razonamiento parecido.
Joaquín, al terminar la WWII la tecnología militar había cambiado completamente, y se habían agregado novedades como el radar o la computadora. Les golpeó fuerte que ningún militar tuviese formación para imaginar (ni hablar de construir) la bomba, y hubo un fuerte impulso de las ingenierías desde el ámbito militar (y en menor medida de las ciencias).
ResponderEliminarPara el '60, ya no había pilotos de avión que no supieran el cálculo básico (formación tradicionalmente universitaria). La situación se trasladó directamente a la otan, y los rusos también hicieron lo suyo.
Hay un matemático yanqui que escribióo bastante sobre el efecto que tuvo todo esto, principalmente en el crecimiento de las universidades en la formación técnica y científica, en relación a la enseñanza del análisis matemático. No encuentro ahora el link, pero si te interesa puedo buscarlo.
Juan Pablo, muchas gracias por la información. Esa parte la entiendo más o menos (aunque no tengo una documentación tan fina), pero en esa época (en los 70 quizá) coincidió que los periodistas quisieron se universitarios, y los fisioterapeutas y los artistas (se creo la carrera de "bellas artes"). En España hasta Turismo es una carrera universitaria (no se si le llamarán "ciencias del turismo", no me atravo a mirarlo en google no vaya a ser que si). Esa variabilidad hace dificil considerar de forma global la efectividad de la universidad o la orientación laboral que darle alos estudios.
ResponderEliminarGracias de nuevo por el comentario
Llevo unos años pensando que en el fondo la Universidad no es más que una especie de gymkana: quien llega al final significa que está preparado (no se sabe muy bien para qué, pero preparado está), y no necesariamente que haya adquirido los conocimientos programados.
ResponderEliminarManolo, tienes mucha razón!!!. Sobre este asunto se hizo un estudio que a mi me contó Luciano Galán (que fue gerente de la UAM en nuestros tiempos y luego una cosa curiosa que llamaban "prescriptor del proceso de Bolonia"). Preguntados empresarios sobre que es lo que valoraban en los universitarios que incorporaban a sus plantillas, al final era... que hubieran pasado por la universidad (¡¡con una independiencia de la carrera cursada casi total!!). Y ese "pasar por la universidad" se concreta en valores difusos: ser capaz de aprender por tu cuenta, de rendir en situaciones de tensión, resistencia a la frustración, cultura general, saber estar, etc.
ResponderEliminarHace años de esta conversación, a ver si rastreo el asunto y encuentro el documento, porque tiene que ser jugoso.
Un abrazo, Joaquin
Un pequeño detalle:
ResponderEliminar"La universidad tradicional, la de los 500 años de historia (si no 1000) sin duda que no tenía ninguna función de formación profesional; se dedicaba a la filosofía (filosofía y letras o filosofía natural)."
Esto es parcialmente cierto, porque en las universidades medievales los principales estudios eran Teología (no muy práctico), Derecho y Medicina, que sospecho que sí tenían objetivos de formación profesional. Desde entonces estos estudios no han abandonado nunca la Universidad.
Leucocito, muchas gracias por la precisión.
ResponderEliminarHola!! yo creo que lo de ir a la universidad a día de hoy lo tendríamos que tener superado. Depende de lo que quieras estudiar eliges una cosa u otra pero no por prestigio! yo hice un Ciclo Formativo de grado superior y nunca me ha faltada el trabajo (ni siquiera ahora con toda la crisis...) un abrazo!
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