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domingo, 15 de agosto de 2010

Hacia dónde van esas olas

Un par de días antes de que un hombre fuera alcanzado por un rayo, también se aproximaba una tormenta, aunque pasó más lejos. Un rato antes paseaba con mi hijo de 12 años por la orilla de la desembocadura de la Albufera que sirve de puerto. Me dijo que entraba agua del mar en el puerto.

Ese comentario era una conclusión errónea de lo que observaba: unas pequeñas olas (las que comban el reflejo del edificio en la foto) se desplazaban claramente aguas arriba. Sin embargo buscamos un pescador y vimos como el agua arrastraba la boya del sedal hacia la desembocadura, como tiene que ser, ya que los ríos desembocan en el mar y no al revés. La confusión se debió a presuponer que las olas van en la dirección del caudal, pero esto no es cierto en absoluto. De hecho no hace falta caudal para que haya olas, las que baten la playa son un ejemplo, el mar no tiene un desplazamiento neto. Más claramente aún lo vemos si tiramos una piedra a un río; las ondas se esparcen en todas las direcciones: aguas arriba, aguas abajo y lateralmente. Este "experimento" nos servía justo el año pasado para comentar sobre el efecto Doppler.

Aunque en determinadas ocasiones la situación pueda confundir, incluso sorprender, la dirección de una onda y el desplazamiento del medio que la sostiene son movimientos totalmente independientes.

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