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domingo, 23 de marzo de 2008

Una aproximación termodinámica a los grados


Dejando aparte el experimento de los postgrados que nos ha llevado una vez más a empezar la casa por el tejado, en breve nos va a tocar el auténtico comienzo de la reforma en nuestra universidad. Una de las decisiones más trascendentales será la selección de los grados que se implanten en la UPNA.

Sobre esta cuestión podemos empezar por plantearnos cuantos grados nos "caben".

Si observamos la pirámide de población (datos originales) vemos que el mínimo ya ha llegado a la edad de entrada en la Universidad (18 años), por lo que no es de esperar que se sufran más descensos en el número de potenciales clientes, cesando la tendencia en este sentido de la última década. La siguiente cuestión es cuantos de esos jóvenes vendrán a nuestra universidad. Tendrán para elegir otras universidades, ciclos formativos de FP, el mundo laboral, etc. Por simplicidad podemos suponer un potencial de atracción equivalente al de los últimos años. Podemos encontrar el dato de 1635 en el curso 2005/06 (antes del mínimo y antes de Tudela).

Si suponemos que un grupo razonable para comenzar primero de carrera sería de 75 estudiantes, la división nos da 21 grupos. Este número coincide muy bien con el número de titulaciones ofrecidas en la actualidad.

De este sencillo ejercicio concluimos que para tener un tamaño de grupo pormedio de 75 estudiantes en primero, se pueden ofrecer entre 20 y 22 grados.

Mucho más difícil es analizar cuales deberían ser esos grados. A mi solo se me ocurre enumerar algunos de los principios a tener en cuenta a la hora de hacer el listado, ingredientes de la receta:
  • No se pueden ofrecer cosas radicalmente diferentes de las que se ofrecen hoy. La especialización temática del profesorado (sobre todo permanente) ya delimita el tipo de titulaciones accesibles
  • Dado que ya no hay catálogo de títulos oficiales, se pueden hacer ofertas originales.
  • Títulos demasiado exóticos corren el riesgo de ser mal aceptados por el mercado laboral.
  • Cuanto mejor ajustados estén los títulos a las necesidades laborales del entorno, más éxito tendrán.
A partir de esta lista de ingredientes hay que empezar a cocinar: seleccionar los cocineros, los plazos y los utensilios y empezar. Probablemente algunos no salgan muy bien, pero aparte de que eso ocurre ya con los títulos actuales, es inevitable.


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