Los CDs se pueden usar como red de difracción, y dan una idea de los espectros de las luces que reflejan. Esto ya lo conté hace unos días, incluso en un taller. Ahora en la tele local, en 7 minutos (del 26:33 al 33:30):
A partir del minuto 26:33
Una visión personal de la Universidad en general y la UPNA en particular; la ciencia, la docencia y otras hierbas.
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lunes, 27 de enero de 2014
martes, 21 de enero de 2014
El tejido de la realidad
"La mecánica cuántica me excita, es como ver la naturaleza desnuda" dice Sheldon en un capítulo de The Big Bang Theory.
Neo, el protagonista de Matrix alcanza un nivel superior cuando es capaz de percibir a la vez una realidad (los agentes que le quieren golpear) y el código en el que esa realidad está programada. Ese momento está magníficamente representado por la icónica imagen adjunta.
Anoche me comunicaban malas noticias respecto del estado de salud de una amiga. Esta mañana, un hueco entre las nubes que permitía el paso del sol radiante y ha sido el primer momento en que la tristeza ha aflojado un poco. Claro, la melatonina y la serotonina han empezado a intercambiarse activadas por la detección de intensidades altas de radiación en la retina. Una bebida caliente también ayudará, incluso Sheldon también tiene automatizada la respuesta de bebida caliente ante un amigo entristecido.
La tristeza está en un plano de realidad equivalente al de Matrix, mientras que las hormonas y sus disparadores fisicoquímicos (luz solar, bebida caliente, alcohol, etc.) están en el plano inferior, en el del código de las película (representado en verde como las pantallas monocromas de ordenadores ancestrales). ¿Inferior? si, inferior en el sentido de que es el sustrato físico que permite el siguiente nivel. Y no solo hay dos, hay más niveles por debajo. El código correrá en algún tipo de microprocesador, y así sucesivamente.
Esos extraños momentos en que percibes casi simultáneos los dos planos producen una extraña sensación de armonía, de paz. Si recordáis la película, tras la imagen de la figura verde, Neo lucha con el agente Smith con una sola mano, con total tranquilidad, incluso bosteza. Ese rayo de sol y la capacidad física e intelectual de disfrutarlo no le van a devolver la salud a mi amiga, pero me ayudan a mi a luchar con ese agente Smith de la tristeza. El sustrato físico de los sentimientos no los elimina, pero ayuda a hackearlos gestionarlos.
viernes, 10 de enero de 2014
Charla: Tu cerebro te engaña (y tiene sus razones)
Dentro del programa de la UPNA de conferencias de divulgación científica para institutos ofrezco varias, y este año una nueva con el título de la entrada. La propuesta ha tenido cierto éxito, y el primer pase será hoy mismo. A ver si hay suerte y sale todo bien. Me preocupa el audio, porque las ilusiones auditivas hay que oírlas.
La descripción que se envió a los centros fue:
"El sistema humano de percepción (captación más procesamiento de la información) ha evolucionado para sacarle el máximo partido evolutivo a la información disponible, y para ello se ha sacrificado precisión a cambio de velocidad en la toma de decisiones. No se puede estar reflexionando demasiado si eso es o no un león hambriento. Y ese sistema se puede engañar con relativa facilidad como podemos comprobar con ilusiones ópticas, auditivas, etc. Esos engaños hay quien los utiliza honestamente para nuestro entretenimiento (ilusionistas o músicos), otros semihonestamente (expertos en marketing) y otros deshonestamente (adivinos o videntes)."
Sobre este tema ya hicimos un Ciencia en el Bar, y me quedé entonces con la idea de que esa linea argumental era muy importante, y que había que aprovechar cualquier oportunidad para exponerla. Así que sacrifico la publicidad y el lucimiento de "mi disciplina" por la promoción del pensamiento crítico. Veremos que tal se da.
Los centros que han pedido esta charla, y a los que agradezco enormemente la confianza, son: IES Julio Caro Baroja (Pamplona), Colegio Salesianos (Pamplona), IES Ega (San Adrián), IES Pablo Sarasate (Lodosa) el Colegio Santo Tomás (Pamplona) y la Escuela de Arte de Corella.
Por cierto, las transparencias de la presentación no las voy a compartir hasta el final de curso, para que en los bolos que tengo por delante se mantenga un poco el misterio.
La imagen es el avatar de la curiosa cuenta de tuiter "faces in things"
miércoles, 8 de enero de 2014
Lo ecológico no existe; solo cosas más ecológicas que otras
Quiero una alimentación segura, ecológica, natural y sostenible. ¿Y quién no? Pero cuando empiezas a buscar el cumplimiento de esas premisas las cosas no son tan fáciles. Quizá pienses que la dificultad está causada por lobbies y empresas que han secuestrado los valores ancestrales para poner en nuestros supermercados productos que maximizan su beneficio a costa de nuestra seguridad, el medio ambiente, la naturaleza y la sostenibilidad. Seguro que hay casos así, pero me temo que el problema es más esencial.
No existe el valor absoluto para esas cuatro características. No existe nada seguro al 100%, ni infinitamente sostenible, ni eternamente natural, ni que deje al medio inalterado. Si que hay cosas mejores que otras, no es que haya que renunciar a esos valores, pero habrá que estudiarlos con detenimiento porque el ideal no existe. Y lo que es peor, los gurús que pretenden conocer ese ideal muchas veces hacen más mal que bien.
En estas cosas pensaba ayer mientras fregaba la fuente de vidrio en que había asado unos pimientos y que estaba renegrida. Antes ponía papel de aluminio en el fondo y me ahorraba ese friegue, pero alguien me dijo que esa práctica era poco ecológica y sostenible porque gastaba mucho aluminio que acaba convertido en residuos y que había costado bastante energía producir. Pero mientras rascaba el fondo pensaba en la cantidad de agua y jabón que me estaba costando la limpieza, amén del estropajo y el esfuerzo, que los dejaremos fuera de la ecuación. También había gastado energía para hervir agua con la que ablandar el pegote. Cuando uso papel de aluminio genero residuos sólidos, cuando friego los genero líquidos; en un caso beneficio al fabricante de papel de aluminio y en el otro al de jabón. Ahora ya no tengo tan claro que mi anterior práctica fuera “antiecológica”. Lo que sé que aquella tenía un coste ecológico y la nueva tiene otro, y solo un cálculo detallado me podrá decir cual es mejor.
Toda actividad que reporte un beneficio humano consume algún recurso natural, alguna energía y produce residuos; y además su desarrollo acarrea algún riesgo. La composición de estos factores la podemos considerar el perjuicio asociado al beneficio inicial. Así el “perjuicio” está compuesto de daño ambiental (a su vez compuesto por consumo de materias primas y de energía y generación de residuos) y riesgos (de la actividad normal o de accidentes). Por tanto, a la hora de juzgar cualquier actividad nos hemos de basar en el balance de beneficios frente a perjuicios.
¿Que prefiero? Una cosa que me puedo plantear es no comer pimientos asados, en el otro lado hay alternativas como comprarlos embotados o en lata, asarlos con o sin papel de aluminio, y seguro que hay más. En cualquier caso es una opción individual de escaso impacto, por eso la he elegido como ejemplo, se razona mejor sobre problemas de juguete con los que se tiene poca vinculación emocional. Pero ese tipo de razonamiento es el que hay que aplicarle a las grandes cuestiones que generan controversia social: energía nuclear, transgénicos, vacunas, antenas, etc. Y lo malo es que en estos temas no comer pimientos no es una opción realista.
domingo, 5 de enero de 2014
Ciencia, mitos y demostraciones
Dentro del programa de navidades del Club de Amigos de la Ciencia, ayer había programa doble. En primer lugar una charla sobre ciencia y mitos a cargo del profesor Santiago Velasco, después demostraciones científicas, todo en el Planetario.
Una vez más un hombre culto insiste en que la cultura no tiene fronteras; eso de las ciencias y las letras como cosas separadas es falso, sin más. La charla consistió en una serie de episodios en los que narraba una historia mitológica que continuaba con un experimento sencillo que guardase alguna relación con el mito en cuestión. Un ejemplo: la historia de Eolo, y como le entregó a Ulises un odre con los vientos que su tripulación abrió pensando que allí había oro y el experimento de tirar vasos con un cañón de vórtices (bastante parecido al de este vídeo). Como esas muchas, hasta llenar casi dos horas de entretenimiento variado en el que los niños asistentes salieron a ayudar y se lo pasaron tan bien como los adultos. Como me gustó mucho, he "stalkeado" al personaje (vamos, que lo he buscado en google) y he encontrado dos vídeos interesantes. En este (9 min) realza un par de experimentos sencillos con su explicación ante un público, aparentemente, de profesores de física. Este otro (25 min) es una entrevista que le realizan y que se publica en el canal de la Universidad de Salamanca. Me ha gustado especialmente su comentario sobre como hacia el final de la vida académica le va interesando menos la investigación puntera (en la que no ha andado escaso precisamente) y más la comunicación social de la ciencia: "tengo la necesidad de comunicar lo que hago al resto de la sociedad y sobre todo que esta me entienda" (min 14:31). También es muy bonito el experimento que hace al final con una caja de cerillas (min 22:18). La entrevista se hizo al hilo de la presentación de un libro que recoge 60 de esos experimentos sencillos, libro que, aunque se dice que estará disponible en Amazon, a fecha de hoy no lo está, aunque tiene una pinta excelente.
Desde hoy apunto a Santiago a la lista de los "experimentadores cotidianos", los que van buscando la ciencia en lo más elemental y, afortunadamente para los demás, se animan a contarlo. En esa lista tenía a Arvind Gupta y sus juguetes de la basura, Manuel Díaz Escalera y sus fq-experimentos y Javier Fernández Panadero y sus experimentos para entender el mundo (a los que el llama "cacharritos"). Esta misma línea es la que buscamos en los experimentos tabernarios de los jueves de la ciencia.
Tras la charla distintos amigos de la ciencia teníamos "demostraciones", una mesas en las que hacíamos nuestros cacharritos al público que se fuera acercando, los que habían asistido a la charla y los que vinieron luego. La lista completa de demostraciones se puede ver aquí. Yo hice dos juegos con un CD, el que ya expliqué en otra entrada de analizar la luz de distintos tipos de bombillas, y un aerodeslizador con un globo, un "clásico" que está en el libro de Santiago, en la colección de Gupta y en muchos sitios más.
Seguiremos haciendo jueguecitos en bares, planetarios, institutos y donde nos dejen, por alguna extraña razón (de la que habrá que hablar algún día, y que algo tiene en común con los misioneros) es un vicio.